diciembre 1, 2025 3:06 pm
diciembre 1, 2025 3:06 pm
diciembre 1, 2025 3:06 pm

Teatro y memoria: Suárez encarna a Liliana Rivera Garza en monólogo

La historia de Liliana Rivera Garza vuelve a levantarse contra la impunidad y el silencio con el estreno de la adaptación teatral de El invencible verano de Liliana, presentada en Madrid durante el Festival de Otoño. La obra, protagonizada por Cecilia Suárez y dirigida por Juan Carlos Fisher, retoma la investigación íntima y minuciosa que Cristina Rivera Garza realizó para reconstruir la vida de su hermana, asesinada en 1990 por un hombre que durante años quedó fuera del alcance de la justicia. Sobre el escenario, Suárez encarna no solo a Liliana, sino a todas las voces que le fueron arrebatadas: las de las mujeres que algún sistema decidió olvidar.

La actriz ha expresado que para interpretar este papel tuvo que “dejarse habitar” por el mundo interior de Liliana, un proceso que implicó reconocer la violencia que atraviesa la vida de muchas mujeres y la manera en que ésta se normaliza bajo estructuras que siempre las colocan en desventaja. El monólogo —construido a partir de diarios, cartas y recuerdos recuperados por la autora— se convierte en un acto de resistencia: cada frase es una forma de devolverle presencia, nombre y dignidad a Liliana. Lejos de la mirada complaciente, la puesta en escena exige que el público asuma la incomodidad y mire de frente una realidad que sigue cobrando vidas.

El estreno, realizado el 25 de noviembre, no solo coincidió con una fecha de denuncia mundial, sino que reforzó el sentido político del montaje: reivindicar la memoria de quienes ya no pueden contar su historia. Medios internacionales han destacado la fuerza interpretativa de Suárez y el carácter urgente de la obra, que se niega a reducir a Liliana a un expediente, una estadística o un caso aislado. Al contrario, la muestra como una joven llena de proyectos, afectos y sueños, cuyo asesinato no solo truncó una vida, sino que reveló la profundidad de una violencia que se sigue repitiendo con demasiada frecuencia.

Para Cristina Rivera Garza, esta adaptación representa una forma de justicia simbólica: un modo de arrebatarle al olvido aquello que durante años le fue negado a su hermana. Su búsqueda no terminó en las páginas del libro; continúa ahora en los cuerpos que habitan el escenario, en el público que escucha, en los silencios que se rompen. La autora ha insistido en que contar esta historia es también enfrentar un sistema que protege a los agresores, revictimizando a las familias que buscan respuestas.

La obra dialoga con la realidad social de miles de mujeres que han sido despojadas de su voz. Lo que ocurre en escena sujeta al espectador a una verdad difícil: la violencia no surge de la nada, sino de estructuras, omisiones y complicidades que la permiten. En ese sentido, El invencible verano de Liliana no solo honra una vida arrebatada, sino que apunta a una responsabilidad colectiva. El teatro se convierte aquí en un espacio para nombrar lo que tantas veces se intenta esconder, y para exigir que ninguna mujer sea reducida al silencio.

Con esta adaptación, Liliana regresa no como un recuerdo trágico, sino como una presencia luminosa que interpela, que exige, que incomoda y que abre un espacio para la memoria. Su verano sigue siendo invencible porque sigue reclamando vida, justicia y verdad.

Comparte en tus redes sociales