Luego de que las denuncias ciudadanas sobre el crítico estado de abandono en el que se encontraba la osa Mina, obligaran a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) a acudir al zoológico La Pastora, en Nuevo León, para inspeccionar la salud del mamífero y evaluar la responsabilidad de este establecimiento en su evidente deterioro, se tomó la determinación de llevarla a un nuevo hogar, con la Fundación Invictus en el estado de Hidalgo; entidad a la que llegó mediante un vuelo de riesgo, pero necesario para brindarle los cuidados necesarios en manos de especialistas nacionales e internacionales.
Esta joven ejemplar de oso negro -que es una especie protegida- fue dada en custodia a La Pastora en 2023, tras ser rescatada, gracias a otra denuncia ciudadana, en el Rancho María Luisa en Mina, donde se encontraba confinada en malas condiciones y presentaba alopecia, desnutrición, bajo peso, engrosamiento de la piel y laceraciones; condiciones que tendrían que haber mejorado después de dos años de cuidados veterinarios que el zoológico estaba obligado a proporcionar, pero que se ha descubierto no fueron otorgados en la medida que correspondía, puesto que su salud empeoró.
Tras colectar evidencias sobre su responsabilidad en las negligencias que agravaron la situación de mina, la Profepa dio pauta para que, el fin de semana, el director de Grupo Parque Fundidora, Jean Joseph Léautaud Russek, ordenara la destitución del coordinador general del Zoológico La Pastora, Gustavo Sepúlveda, y para que anunciara la apertura de una investigación interna que será acompañada por una revisión minuciosa de Profepa del resto de los ejemplares de esta Unidad de Manejo Ambiental (UMA), para garantizar que no hayan más animales sufriendo maltrato.
El traslado de Mina fue un proceso delicado debido a que la gravedad de su condición impidió sedarla para exámenes o procedimientos previos al vuelo; sin embargo, el viaje en avión fue exitoso y la Fundación Invictus incluso pudo publicar un video en el que se le ve comiendo fruta con «buen ánimo» -como lo calificaron los expertos-.
Habiendo llegado a su nuevo hogar, Mina ya se encuentra recibiendo la atención que durante dos años le fue escatimada, y ahora tiene el apoyo extra de un especialista en medicina biorreguladora en sistemas que viajó desde Colombia para tratarla.