octubre 15, 2025 2:39 am
octubre 15, 2025 2:39 am
octubre 15, 2025 2:39 am

Octogenarias monjas recobran su hogar y toman Instagram

El pasado 4 de septiembre de 2025, tres monjas austriacas —las hermanas Bernadette (88 años), Regina (86) y Rita (82)— protagonizaron una huida a contracorriente. Tras haber sido trasladadas en diciembre de 2023 a un asilo católico de retiro, las religiosas decidieron abandonar ese lugar y regresar al convento de Schloss Goldenstein, en Elsbethen, cerca de Salzburgo, con la ayuda de antiguos alumnos y un cerrajero. Desde entonces han reocupado sus antiguos espacios y han reanudado su vida conventual en lo que ellas consideran su verdadero hogar.

Según BBC Mundo, las monjas aseguran que su traslado al centro de retiro fue forzado, pues “no nos preguntaron” y sostienen que tenían el derecho de permanecer en Goldenstein “hasta el fin de sus vidas”.

Por su parte, las autoridades de la Iglesia sostienen que la decisión respondió a un deterioro en las condiciones de salud de las monjas y a la imposibilidad de garantizar su cuidado en el convento, pues el edificio ya no estaría en condiciones para una vida autónoma y segura.

El convento de Goldenstein había funcionado por décadas como escuela privada para jóvenes y como comunidad religiosa de monjas agustinas de coro. En 2022, ante el progresivo decrecimiento de la comunidad religiosa, el convento fue puesto bajo la supervisión de la Arquidiócesis de Salzburgo y de la abadía de Reichersberg. En 2024, la congregación se disolvió oficialmente, pero las tres hermanas recibieron un derecho de residencia vitalicia condicionado a que su estado físico y mental les permitiera vivir de forma independiente. No obstante, las monjas dicen que ese derecho fue ignorado cuando las llevaron al asilo.


Tras su regreso al convento, las monjas enfrentaron varias dificultades: las puertas habían sido cerradas con nuevas cerraduras, y el edificio no contaba con electricidad, agua corriente ni el elevador para subir escaleras. Aun así, organizaron su retorno: llamaron a un cerrajero, trajeron generadores y contenedores de agua, y lograron restablecer parcialmente los suministros.

Durante su estadía han recibido donaciones de alimentos, medicamentos y visitas frecuentes de exalumnas. Una médica local supervisa su salud.

En sus declaraciones públicas, la hermana Bernadette dijo: “Siempre fui obediente, pero esto fue demasiado”, y expresó que preferiría morir en un campo que vivir sus últimos días en un asilo para ancianos. La hermana Rita, por su parte, manifestó su alivio y alegría por el regreso: “Estoy tan contenta de estar en casa. Siempre tuve nostalgia estando en el centro de retiro”.

Una antigua alumna del convento, Sophie Tauscher, declaró: “Goldenstein sin las monjas no es posible. Cuando ellas nos necesiten, solo tienen que llamarnos y ahí estaremos”.

Desde la Iglesia, el prior Markus Grasl (designado supervisor de las hermanas) calificó la reocupación del convento como “completamente incomprensible” y una “escalada” difícil de entender. En su visión, el convento ya no era un entorno seguro para mujeres de edad avanzada, y las condiciones estructurales del edificio hacían inviable su residencia. Aseguró que el asilo les brindó “cuidados médicos esenciales, profesionales y de calidad”, y sostuvo que la decisión de reubicarlas fue tomada también pensando en prevenir posibles negligencias o abusos.

El argumento fue respaldado por la Conferencia Austriaca de Órdenes Religiosas, que insistió en que el convento ya no estaba equipado para brindar una vida digna y segura a las monjas.

El Instagram de las tres hermanas

En su cuenta de Instagram @nonnen_goldenstein, las monjas de Goldenstein comparten principalmente videos y fotos que documentan su regreso al convento tras salir de un asilo, mostrando momentos simbólicos como la primera vez que volvieron a comer en el refectorio después de dos años. En sus publicaciones relatan cómo vivieron en la casa de retiro, expresan la sensación de recuperar libertad y comparten reflexiones sobre dignidad, justicia y el derecho a decidir cómo vivir su vejez.

Comparte en tus redes sociales