junio 23, 2025 6:33 pm
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Francia le declara la guerra a la Moda Rápida o Fast-fashion

Con 337 votos a favor y solo uno en contra, Francia es el primer país que toma acciones legislativas específicas contra el ultra-fast-fashion e impone multas a quienes produzcan, vendan o publiciten dichos productos emu. Según datos de la ONU, la industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo ya que es la responsable del 20% del desperdicio total de agua a nivel global y cada año se tiran al mar medio millón de toneladas de microfibra, lo equivalente a 3 millones de barriles de petróleo. El objetivo de este movimiento es frenar el impacto ambiental de los gigantes de la moda ultra rápida como Shein y Temu.

La industria de la moda ha causado un gran impacto ambiental al rededor del mundo, creando vertederos de ropa como el que se encuentra a las afueras de la ciudad de Alto Hospicio en Chile, siendo responsable del 10% de las emisiones de carbono a nivel mundial. El concepto de Moda Rápida se refiere a la inmensa cantidad de ropa de mala calidad consumida compulsivamente por un público enganchado a comprar por la publicidad y las redes sociales. Debido a este modelo entre los años 2000 y 2015 la producción global de ropa se duplicó y el tiempo de uso de cada prenda se redujo más de un 40%, solo Shein crean entre 2000 y 10.000 artículos nuevos al día, en el mundo se fabrican al rededor de 100.000 millones de prendas y la cifra va en aumento, un aumento innecesario al considerar que el 73% de esa ropa acaba quemada en vertederos.

Desde principios de 2024 ya se venía gestando la «ley anti-Shein» contra la moda ultra rápida, impulsada por la diputada Anne-Cécille Violland. Esta ley primero define el concepto de ultra-fast-fashion y estipula que toda empresa téxtil que lance al mercado más de mil nuevos ítems en su catálogo por día cae en esta práctica; también impone un impuesto ecológico donde las marcas van a tener que pagar una cuota ambiental por cada prenda vendida, el cargo inicial será de 5 EUR y si no cumplen con los requerimentos en materia de sostenibilidad, el impuesto irá aumpentando hasta llegar a 10 EUR por prenda en 2030, los fondos recaudados servirán para fomentar iniciativas de economía circular en el séctor textil francés; en tercer lugar, prohibe totalmente la publicidad del ultra-fast-fashion tanto en medios tradicionales como a través de influencers y si lo hacen se arriesgan a multas de más de 100 mil EUR; y por último un segundo impuesto de entre 3 y 5 EUR al paquete que se sumará al total de la compra.

La idea de Francia es simple: si contamina mucho, tiene que pagar más y no se podrá publicitar. A partir de este año cada prenda debe contar con una eco-etiqueta que muestre su impacto ambiental y si contamina demasido pagará más impuestos, haciendo que aumente su precio, además de que se prohible publucitar este tipo de marcas y se imponen sanciones para quienen no acaten esta norma. Aunque también resulta un poco polémico que para marcas como Zara y H&M no se apliquen esta serie de restricciones como para Shein y Temu, ya que entonces no se estaría eliminando el ultra-fast-fashion de raíz, solo se estarían inflando algunas marcas.

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