el partido Noruega–Israel del 11 de octubre trasciende lo deportivo. La donación de ganancias a Gaza y las medidas de seguridad reforzadas en Oslo confirman que el futbol europeo no es ajeno a la tragedia humanitaria. De cara al encuentro, el énfasis en proteger a la población civil de Gaza —mediante ayuda médica y alimentaria— se vuelve un mensaje potente desde las canchas hacia una realidad que sigue exigiendo alivio inmediato.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, desestimó los informes y fotografías sobre niños muriendo de hambre en Gaza, calificándolos de “engaño” y atribuyendo la apariencia de los menores a enfermedades congénitas. Sus declaraciones contrastan con un informe histórico de la ONU que confirma la existencia de hambruna generalizada en la Franja, donde más de 500.000 personas enfrentan condiciones catastróficas de desnutrición y pobreza extrema.
Un nuevo informe de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) confirma que más de medio millón de personas en Gaza enfrentan hambruna extrema, con inanición generalizada, desnutrición aguda y muertes evitables. La ONU y organismos como FAO, PMA, OMS y UNICEF alertan sobre la urgente necesidad de un alto al fuego y ayuda humanitaria a gran escala, mientras la escasez de alimentos, el colapso del sistema de salud y la destrucción de tierras de cultivo agravan la crisis. Se estima que a finales de septiembre más de 640 mil personas estarán en niveles catastróficos de inseguridad alimentaria, principalmente niños, mujeres embarazadas y ancianos, quienes requieren asistencia inmediata para sobrevivir.
Cocinas comunitarias en Gaza a punto de quedarse sin suministro tras dos meses de bloqueo ocasionado por Israel, más de 6,000 personas se quedarán sin alimentos. La ONU denuncia que esto agrava la crisis humanitaria. La ofensiva israelí ha dejado 52,400 muertos y 90% de la población desplazada.
