Esta liberación forma parte de la primera fase del acuerdo entre Hamas e Israel; se da en el marco de un nuevo ataque aéreo de fuerzas militares de Israel a Hezbollah al sur del Líbano.
La propuesta surge en medio de un frágil alto el fuego en Gaza, luego de 15 meses de conflicto entre Israel y Hamás. Países como Jordania y Egipto, que previamente rechazaron el desplazamiento forzado de palestinos, advirtiendo que ello podría desestabilizar la región. En una declaración conjunta, Egipto, Jordania, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, la Autoridad Palestina y la Liga Árabe condenaron la iniciativa, considerándola una amenaza para la paz.
