En varias partes del mundo, haciendo énfasis en latino américa, colectivos de mujeres tejen pinos de navidad que posteriormente son convertidos en mantas para personas vulneradas. Convirtiendo el tejido en un símbolo de comunidad y solidaridad.
En 2021, Tissage Art Decor rompió un récord Guiness por la escultura de crochet más alta. Se trataba de un pino de navidad tejido por 70 mujeres en Pichincha, Ecuador. Pasadas las fiestas decembrinas las 1, 200 piezas tejidas fueron convertidas en 300 cobijas que fueron donadas a albergues y a personas que habitan las calles. Esta iniciativa se ha replicado en otras partes del mundo.
Este 2024 el colectivo uruguayo «Mantas solidarias», grupo de mujeres que se dedica a la elaboración de cobertores tejidos para su donación, hizo por tercer año un árbol elaborado con cuadrados a crochet el cual, por su puesto, posteriormente será convertido en mantas para personas que las requieran.
De igual forma, en Argentina el colectivo punto por punto desde hace 10 años elabora mantas, gorros y bufandas que donan a infancias de escuelas en zonas vulneradas. Durante el invierno colocan pinos de navidad tejidos en diferentes puntos de la ciudad como heladerías, el registro civil etc. los cuales funcionan como una invitación a que la gente done cuadros tejidos, alimentos no perecederos o ropa para que ellas las lleven a los colegios elegidos durante el año. Además de convertir el pino en mantas, también, se comunican con e personal del directivo de las escuelas para preguntar las tallas de los niños y llevar kits personalizados.
Por medio de la cuenta de Instagram Paulina Teje, dedicada a difundir proyectos al rededor de esta técnica, fue compartido un video en el que es posible observar a mujeres sicilianas de la tercera edad bailando al rededor de su colorido pino hecho a crochet y narrando sus historias personales con el tejido. Haciendo énfasis en que que esta forma de creación también puede ser una herramienta comunitaria.
Todos los colectivos incluidos en esta nota están conformados por mujeres. El tejido sigue considerándose, en la mayoría de los casos, como una actividad de mujeres sin embargo como en puede observarse en las historias anteriormente narradas también es, al igual que el bordado, un símbolo de exploración, resistencia y solidaridad.