La marea fosfo anticapacitista estuvo presente en la marcha del orgullo de Ciudad de México. Por cuarto año el Movimiento de Personas con Discapacidad creó su propio contingente que con consignas gritadas y también en lengua de señas, clamaban por su derecho al placer, espacios accesibles y un alto a la doble discriminación y estigma que enfrentan al ser personas con discapacidad y miembros de la comunidad LGBTTTIQA+.
Casi al inicio de la marcha del Orgullo un color fosforescente atrapa los sentidos. Rodeados por consignas que encabezan su lucha, personas con discapacidad avanzan con seguridad. ¡Mi cuerpo no te debe hegemonía! ,En muletas o en la silla «¡Arriba la putería!» , Lxs discas bisexuales existimos. Al frente una de las personas que encabeza el contingente es el activista Guz Guevara, quien a través de un altavoz expresa «Tú también estás aquí».
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Algo que queda claro en este contingente es que no están marchando sólo ellos sino también todas las personas que no pudieron asistir y es que uno de los aspectos que ellos visibilizan es la falta de accesibilidad en eventos LGBT+ y otros, lo que impide que muchas personas puedan asistir a divertirse, a exigir sus derechos o simplemente estar presentes.
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Entre las primeras pancartas se encuentra una con letras rosas y moradas que dice «Asistencia sexual ya», un derecho por el que las personas con discapacidad continúan luchando en México ya que de acuerdo con un reportaje realizado por el medio Yo También, aunque sí hay servicios de asistencia sexual aún no está regulado por lo que existen y se contratan de manera clandestina aumentando el peligro para quien la ejerce y también para quien requiere este servicio.
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«¡Mi derecho a coger, es derecho al placer!», esta consigna retumba por las calles. Está presente en lo carteles que los rodean. «Las PCD tenemos necesidades afectivas y sexuales» dice una de las pancartas. De esta forma exigen su derecho al placer se pronuncian contra la infatlización , el estigma y la discriminación que enfrentan de manera interseccional.
