Gisèle Pelicot venció: 400 años de cárcel para sus 51 violadores

La pena que pagará Dominique Pelicot por haber sometido químicamente a su esposa para abusar de ella y permitir que medio centenar de hombres hicieran lo mismo, será de 20 años, la pena máxima de la que en este momento dispone Francia para este tipo de delitos. Junto a las condenas de todos sus cómplices, son más de 400 años de cárcel los que se han imputado por este caso que ha revolucionado al mundo; no es un triunfo total, pues la exigencia de la Fiscalía, era de 652 años, pero es un avance de la justicia, cuya protagonista, madame Gisèle Pelicot, se yergue como nuevo emblema de la lucha feminista y el valor humano.

Rodeada de sus nietos, Gisèle reafirma el porque se ha convertido en la voz de la dignidad al señalar que pese a lo doloroso del proceso, no se arrepiente de haber abierto esa puerta y transitar el camino ante la mirada pública. Su mensaje por el reposicionamiento de la vergüenza, se eleva en la conferencia de prensa en la que señala que tiene esperanzas en un porvenir en el que la colectividad construya la «armonía entre hombres y mujeres» y que su pensamiento está con las víctimas no reconocidas.

El abucheo entre el que salen de la corte Dominique y sus 50 cómplices, hace evidente que aunque la justicia no culminó con todas sus fuerzas, al menos está trazado el camino para combatir los pactos patriarcales que permiten violaciones masivas como las que durante una década sufrió Giséle.

A sus 72 años, la condena de 20 años contra Dominique Pelicot puede significar que su vida terminará tras las rejas. El segundo de Dominique, Jean-Pierre Maréchal, quien replicó los mismos métodos en su propia mujer (quien también fue agredida sexualmente por el principal condenado), recibirá 12 años de los 17 años de reclusión que pedían los abogados de Gisèle. Otros seis de los condenados podrán salir directamente en libertad, al haber pasado ya una parte suficiente de su condena en prisión preventiva o incluso estar exentos de su cumplimiento efectivo; lo cual es insuficiente, pero no  aminora la importancia de la victoria de la dama francesa que se ha convertido en la imagen contemporánea de la libertad y el coraje guiando al pueblo.