agosto 15, 2025 11:47 pm
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Feministas, anarquistas y otakus antifascistas en Puebla vs brutalidad policíaca

Los manifestantes realizaron pintas en alusión a múltiples casos en los que las autoridades han cometido ilícitos o han fallado en la impartición justicia.

Guardando sana distancia y usando cubrebocas, este viernes 12 de junio, un grupo de cerca de 40 jóvenes se manifestó ante la Fiscalía de Puebla exigiendo un alto a los abusos de las fuerzas policíacas, así como a las actitudes machistas y racistas que a menudo vician los procesos legales en nuestro país; e hicieron mención de una amplia variedad de temas locales y nacionales que generan descontento social.

La llamada «movilización contra la brutalidad policial, el racismo, el clasismo y el fascismo» partió del Paseo de San Francisco cerca de la una de la tarde y avanzó por el bulevar Cinco de Mayo acompañada por dos observadores de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla que se apersonaron para registrar que no se violentaran las garantías de los manifestantes. 

El contingente estaba conformado por muchachos de diversas ideologías políticas: feministas coreando consignas como «justicia patriarcal, racista y criminal»; anarquistas haciendo pintas alusivas a Antifa (un movimiento ciudadano anti supremacista que ha tomado especial fuerza en Estados Unidos); chicos con banderas comunistas; e incluso otakus antifascistas.


«Es una marcha por todo lo que nos han hecho, por cada vez que nos han hostigado», dijo un manifestante que explicó a los medios que sus propias experiencias de la tendencia de las autoridades a criminalizar a los jóvenes -pues a él lo han registrado en varias ocasiones únicamente por su aspecto- lo motivaron a suscribir las protestas que se han dado en Jalisco, la Ciudad de México y más recientemente Oaxaca en demanda de justicia para Giovanni López, Melanie y Alexander Martínez.

Un punto central de la movilización fue la indignación por los casos de Giovanni López, albañil de 30 años asesinado el 4 de mayo por agentes de Ixtlahuacán de Los Membrillos, Jalisco, que lo detuvieron por no usar cubrebocas; de Melanie, una jovencita de 16 años que el 5 de junio fue brutalmente pateada por policías de la CdMx durante una movilización por Giovanni; y de Alexander Martínez, un futbolista de 16 años que fue baleado el día de ayer por un policía de Acatlán de Pérez Figueroa, Oaxaca.

Ante la Fiscaía también fueron referidos casos antaños de deudas de justicia, tales como la desaparición forzada de 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, y la inacción de las autoridades poblanas en la resolución del asesinato de la activista de la UPVA 28 de Octubre, Meztli Sarabia, un crimen que está a punto de cumplir tres años de impunidad.

Las pintas que se hicieron a lo largo de la protesta retrataron inconformidades de muy variada naturaleza. En paradas del metrobus, espacios de publicidad, edificios que han sido desocupados debido a la crisis económica desatada por la pandemia de Covid-19, y los muros de la Fiscalía, se hicieron remembranzas de casos como los arriba mencionados, pero también de oposición al Tren Maya, de indignación por la detención -ocurrida está semana en Matamoros, Tamaulipas- de la abogada defensora de derechos laborales, Susana Prieto Terrazas, de condena a crímenes contra la comunidad trans, criticas al confinamiento social durante la emergencia sanitaria, y hasta burlas al aspecto físico del gobernador Barbosa.

Otro aspecto destacable de la marcha fue el hecho de que en todo momento se cuido el paso ordenado del contingente y no se presentaron choques con las personas ajenas a la protesta; en algún punto hubieron discusiones breves con los guardias de una parada de metrobus y el vigilante de una escuela de psicología en donde alguien escribió «abajo la academia», pero esto no pasó a mayores.

Al llegar a la Fiscalía, los manifestantes encontraron las puertas cerradas y a los funcionarios asomados en un balcón desde el que les tomaban fotografías. Un joven reclamó que «así deberían grabar cuando suceden crímenes».

Cuando el contingente se retiró, la marcha fue calificada como «normal y sin incidentes» por los observadores de la Comisión de Derechos Humanos del Estado. 

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