“No nos confundan con patologías”: expresó una de las integrantes del Colectivo Asexuales México y America, quienes se movilizaron con pancartas, banderas en alto y consignas diversas para visibilizar el existir de los espectros asexuales y arrománticos, una comunidad que continúa siendo negada y/o discriminada, incluso, de manera institucional.
Durante la marcha por el Orgullo en Ciudad de México, transcurrida el pasado domingo 28 de junio, identidades asexuales (ace) y arrománticas (aro) marcharon, acuerpados por otros colectivos de la diversidad y transeúntes que reconocieron la lucha o mostraron en interés en su reconocimiento.
Mientras enunciaban sus consignas, las diversas identidades se alzaron al unísono: asexuales, demisexuales, grisexuales, arromanticos, demirromaticos, entre otros, pues nombrar es un paso indispensable hacía la información e inclusión.
En este sentido, hay que recordar que la asexualidad se define como una identidad sexual que carece o siente poca atracción sexual. En la incomprensión, además de constantes discursos acefóbicos, aún existen prejuicios marcados contra esta identidad que han llevado a catalogarla como una enfermedad, como ha sucedido históricamente contra otras identidades queer.
Fue hace tan solo hace dos años, en 2023, que un juez en Yucatán ordenó a las autoridades del Sistema Nacional de Salud dejar de considerar la asexualidad como una enfermedad psiquiátrica; antes de esta histórica sentencia (única en Latinoamérica), la identidad era tratada como patología y, en consecuencia, personas de la diversidad llegaban a ser sometidos a terapias de conversión.
Sumando la invisibilización en la propia comunidad LGBTQ+, las escasa representación cultural, la violencia sexual y la censura, la comunidad A aún enfrenta diariamente las agresiones de una sociedad allonormativa: “Aún con la sentencia, seguimos lidiando con personas que están siendo hormonadas, que están siendo abusadas, y más”, externó una de las voceras del colectivo.
Por otro lado, la identidad arromántica continúa en un anonimato forzado, siendo, además confundida con la asexualidad. Ante esto, banderas de la identidad también se alzaron para visibilizar los efectos de la amatornormatividad: “las personas arrománticas aman de una forma no normativa”, explicó el colectivo.
Desde la movilización y las acciones en la calle, la lucha por la legitimidad y el respeto continúa para las personas aro y/o ace, en busca de mayor representatividad y desestigmatización.