En junio de 2023, alrededor de 200 artistas de todo el mundo se reunieron en la Capilla Sixtina con el Papa Francisco, quien les pidió que le dieran voz a los pobres.
Entre los y las artistas invitadas a este evento se encontraban reconocidas figuras del arte y la literatura hispanohablante, como los argentinos Leandro Erlich, Raúl Gabriel y Pablo Reinoso; los españoles Javier Cercas, Cristina Morales, Bárbara Gil y Vicente Amigo; además de las mexicanas Brenda Lozano, escritora capitalina, y la poblana Alejandra Gómez Macchia quien a pesar de haber confirmado su asistencia, decidió declinar la invitación del Vaticano.

Tras la reciente muerte del pontífice, la escritora poblana compartió en sus redes sociales un video en el que cuenta la ocasión en que rechazó dicha invitación y cómo se arrepiente de ello, aunque no por las razones que podría esperarse.
Alejandra Gómez Macchia nació en Tehuacán, Puebla, en 1982. Es una reconocida escritora y periodista. Estudió música y danzas africanas, y actualmente dirige la revista Dorsia.
En su video, la escritora relata lo emocionante que fue recibir la invitación del Dicasterio de Cultura et Educatione, a través de su prefecto, el padre José Tolentino. Aceptó alegremente, pero confiesa que, pese a la emoción, había algo que no la convencía del todo.
“Sin embargo, en mi interior había algo que me movía, y había una canción en mi cabeza, una canción de Chico Buarque (…) que dice: ‘Padre, aparta de mí este cáliz’. Entonces, de pronto me entró un rapto de conciencia —según yo— y de coherencia, y después de confirmar mi asistencia, decidí no ir”, relata la artista.
Días después, cuando se publicó la noticia del conversatorio de los artistas con el papa, su nombre apareció en los medios, aunque ella no hubiese asistido.
Comenta que, con la reciente muerte del pontífice, muchos de los asistentes compartieron fotos de su encuentro con él. Así, reveló que su mayor arrepentimiento al no asistir no fue dejar de ver el arte de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, ni perder la oportunidad de conocer al papa Francisco —de quien afirma no ser admiradora: “Aunque tenía ciertas ideas progresistas, tuvo muy buena mercadotecnia y abrió muchas puertas que no se habían abierto. Pero el dogma me parece aberrante, es el lastre más grande que tiene el mundo”—, sino no haber podido sentarse junto al escritor Javier Cercas, a quien considera “uno de los escritores más notables de este siglo, de este momento”.
Tras este encuentro, Cercas fue invitado a acompañar al papa en su viaje a Mongolia, una región con una minima población cristiana. Fruto de esa experiencia, el escritor publicó el libro El loco de Dios en el fin del mundo, el cual abre con un texto que, según Macchia, describe con exactitud cómo se sintió al recibir la invitación. La cita dice:
“Soy ateo. Soy anticlerical. Soy un laicista militante, un racionalista contumaz, un impío riguroso. Pero aquí me tienen, volando en dirección a Mongolia con el anciano vicario de Cristo en la Tierra, dispuesto a interrogarle sobre la resurrección de la carne y la vida eterna. Para eso me he embarcado en este avión: para preguntarle al papa Francisco si mi madre verá a mi padre más allá de la muerte, y para llevarle a mi madre su respuesta. He aquí un loco sin Dios persiguiendo al loco de Dios hasta el fin del mundo.” (Cercas, 2025)
Macchia considera que este libro es una oportunidad para quienes están enemistados con el dogma. Aunque afirma que, para ella, las diferencias entre un ateo y un creyente dogmático son irreconciliables —especialmente para alguien como ella, que incluso en peligro de muerte no se refugió en la religión—, ve en las palabras de Cercas una forma honesta de acercarse al fenómeno religioso.
También menciona que, en diversas entrevistas, Javier Cercas aseguró que, pese a ser ateo, nunca se arrepintió de haber asistido al encuentro y que terminó admirando al papa Francisco, a quien describió como un luchador.
Macchia concluye su video revelando que, mientras ocurría el encuentro en la Capilla Sixtina, ella se quedó leyendo el ensayo Por qué no soy cristiano, de Bertrand Russell, obra que considera fundamental para cuestionar los dogmas promovidos por la Iglesia y figuras de poder como sacerdotes, cardenales y el propio papa.
Finalmente, expresa que, para ella, la fe “consiste en toda esa fuerza que hay en la gente que sufre, que llora, que va y deposita todo en esa figura del Cristo, en esa figura de la Virgen, dentro de un palacio lleno de oro y de riquezas”.
