Bajo un cielo encapotado y el eco de consignas que retumbaban por las calles del Centro Histórico, más de 10 mil trabajadores, trabajadoras y activistas marcharon de forma independiente en Puebla para conmemorar el Día Internacional del Trabajo. Alejados del aparato institucional y gubernamental, el desfile fue una demostración de unidad combativa, donde la dignidad laboral y la defensa de los derechos sociales fueron las banderas innegociables.
Las demandas laborales se entrelazaron con la lucha por el derecho al trabajo informal y el acceso a la ciudad. La Unión Popular de Vendedores Ambulantes 28 de Octubre (UPVA-28 DE OCTUBRE), fiel a su historia de lucha, recorrió las calles con consignas contra la represión, el despojo y las políticas de criminalización de la economía popular.

El sector salud también dijo presente. El Movimiento 15 de Agosto (IMSS-SNTIMSS) exigió condiciones dignas para quienes sostienen el sistema de salud pública, y denunciaron los efectos de la subrogación, el desabasto y las reformas que vulneran a los trabajadores del IMSS.
También se sumaron trabajadores del sector privado, como el bloque combativo de la Alianza Nacional Telefonista (ANT-STRM) y los Trabajadores Unidos Solidarios de VolksWagen (TUSVW), que alzaron la voz contra las reformas laborales regresivas y la flexibilización que afecta su estabilidad y derechos históricos.
Las causas sociales acompañaron la jornada. La Promotora Nacional por la Suspensión del Pago de la Deuda Pública (PNSPDP) denunció el saqueo financiero disfrazado de legalidad que compromete el gasto social; la Asamblea Social del Agua (ASA) exigió que se reconozca el acceso al agua como derecho humano y no mercancía, mientras que la organización Construyendo Comunidad (CC) llevó su reclamo por una vida digna, desde abajo, desde los barrios.
El Bloque Revolucionario Estudiantil Popular (BREP) fue una de las expresiones juveniles más destacadas, al lado de trabajadoras y trabajadores independientes, estudiantes críticos y colectivos de base.
También fue visto el contingente del Sindicato Unitario de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Puebla (SUNTUAP), que volvió a tomar las calles exigiendo respeto a la autonomía universitaria y un alto a la precarización del trabajo académico y administrativo en todo el país. A su lado marcharon docentes del Sindicato Auténtico Independiente de Trabajadores Universitarios (SAITU) y del Frente Amplio en Defensa de la Educación Pública-BUAP (FADEP-BUAP), denunciando los recortes al sector educativo
La jornada también fue magisterial. El Consejo Democrático Magisterial Poblano (CDMP-CNTE-SNTE), el Movimiento de Bases Magisteriales de Tlaxcala-CNTE (MBMT-CNTE) y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación-Puebla (CNTE-Puebla) desplegaron mantas en defensa de la educación pública, exigiendo la abrogación de las reformas neoliberales y el respeto a los derechos laborales de las y los docentes de base. En el mismo espíritu, marcharon integrantes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación para Adultos (SNTEA), recordando el abandono que sufre este importante sector educativo.
Desde los márgenes del desfile, pero con fuerza ideológica y jurídica, también participaron organizaciones como la Barra Libre de Abogados Democráticos de Puebla (BLADP), el Centro Jaramillo de Estudios sobre la Pobreza, y el Centro de Promoción y Difusión de los Derechos Humanos de Puebla y Tlaxcala, quienes reforzaron el carácter popular y democrático de la movilización.
El desfile no solo fue una marcha; fue un grito plural por la justicia, por salarios dignos, por el derecho a organizarse sin miedo, y por una vida que merezca ser vivida. Puebla demostró este 1 de mayo que la dignidad del trabajo no se negocia, y que la lucha, en sus múltiples formas, sigue viva y caminando.
