A lo largo de los últimos años ha ido en aumento una controversia importante, que en estos días ha estado más viva que nunca, relacionado con la postura del Papa Francisco ante las injusticias y en torno a aquellas católicas y católicos, que están del lado del fascismo, nazismo, y la derecha, a quienes pide retroceder a la brevedad y no ir a tiempos del oscurantismo.
Sin lugar a dudas, a lo largo de las últimas décadas hemos vivido un sin fin de momentos históricos, pero creo que uno de los más curiosos e importantes es por el que estamos transitando, dónde los fascistas y nazis están saliendo de sus cuevas muy valentonados por Musk y otros que muestran su ideología muy orgullosos ‐aunque estos, si pudieran, esclavizarían a sus seguidores sin dudarlo- y por el otro lado, un Papa que se ha mostrado humano, muy en el tono progresista que se supone que representaba el Jesús católico, y por ello, piden su muerte. No me cabe la menor duda que, si hoy resucitara ese dios al que veneran, lo volvería a crucificar, acusándole de «woke», «comunistas» y activista en favor de «aberraciones».
No es un secreto para nadie la idelología del Papa Francisco, desde hace más de una decada que inició sú mandato, ha llevado luchas como el reconocimiento y empoderamiento de las mujeres en la Iglesia Católica, el respeto en favor de la Población LGBTTTIQ+, tomar acciones contra la pederastia y ofrecer disculpas por la cometida desde la iglesia, ir en contra de las guerras, apoyar al pueblo palestino y denunciar a Israel como el estado genocida que es; abrir las puertas para las personas divorciadas, denunciado las represiones de Milei contra su pueblo, e inclusive, ser un tanto de izquierda.
Dichas acciones que uno esperaría, fueran aplaudidas sino es que por toda la Iglesia Católica, la gran mayoría; pero en una serie de hechos inexplicables, a lo largo de las últimas semanas, las acciones del Papa han sido nuevamente rechazadas.
Con la deteriorada salud del Sumo Pontíficie, personas católicas han pedido su muerte y rechazado sus acciones durante su papado, mientras que personas —que no se identifican como católicas o no tanto en redes sociales—, han reconocido que han rezado por la salud del religioso y han instado a otras personas a hacerlo.
De manera convencida, creo que esto un tema de decencia humana, en donde ciertos sectores la han trivializado y enviado a los lugares más recónditos de los que jamás habríamos pensado; a quienes molesta el tema de los Derechos Humanos, la lucha contra la inequidad, contra el capitalismo, la explotación humana, aquellos sectores odiadores que se sienten dueños de todo y que absolutamente cualquier cosa puede ser una mercancía y sino entra en sus diminutas mentes, es maligno y poco o nada útil.
Por esto, ante el avance de los ultras, sus discursos no se tienen que entender como una serie de hechos aislados, no solamente en México, sino en el resto del mundo, es una acción coordinada de los más poderosos, los más odiadores, de los más cínicos y doble cara.
Finalmente, me gustaría recordar un dicho que descrive parte de lo que vivimos: «traga santos, caga diablos».
