El retrato presidencial que no dejó fuera al pueblo

El último día de Andrés Manuel López Obrador, además de incontables lágrimas y retrospectivas tanto críticas como nostalgia, trajo consigo el tradicional lienzo que se quedará en Palacio Nacional para el legado y el recuerdo: ayer, en esa inevitable conclusión, fue develado el retrato presidencial, un cuadro que resume un sexenio en colores, expresiones y elementos. 

Y, por supuesto, AMLO contrasta. Detrás de él se encuentran las piezas del priista Enrique Peña Nieto y los panistas Felipe Calderón y Vicente Fox. El primero posa con un lapicero en la mano derecha y otra puesta por encima de la constitución de 1917; Calderón recargado sobre la escultura de María Morelos y Pavón y Fox con un fondo irreal y sin más elementos. 

Aún mirando más atrás, los cuadros se notan similares, entre la simpleza y las pretensiones de retratar una grandeza y prestigio que resume sus años en el poder; todos parados en interiores o con fondos de colores, escenarios inexistentes. 

No hay que desligar estilos artísticos aquí, pues la gran mayoría se apegaba a lo clásico, pero tampoco hay que inhibir la intención ideológica. Aquí, el trazo del pintor Jorge Ermilo Espinosa llega y confronta las visiones anteriores de la presidencia. 

La pintura de AMLO, salido de las pinceladas de Espinosa, incluye al pueblo. Más que un retrato de la figura presidencial es un retrato de su acompañamiento a un México diverso y complejo. López Obrador sostiene el bastón de mando de los pueblos originarios, mientras una multitud se reúne a sus espaldas, bajo un atardecer en el Zócalo capitalino y en donde incluso se alcanza a pincelar la Torre Latinoamericana. 

El retrato presidencial se diferencia, en su suma, en la cercanía de la figura al mando con las personas. Se rompe esa brecha que los mandatarios anteriores habían decidido trazar en beneficio del legado individual. 

De aquí que cientos de usuarios en redes, y personas que han logrado ver el cuadro en persona, aplaudan los simbolismos y añadan más añoranza de seis años idos y más de tres décadas de legado de lucha por el pueblo mexicano.  

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