abril 1, 2025 2:55 pm
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El mundo comienza a olvidar los nunca más que alguna vez se juraron

Hace 80 años, tras derrotar a la Alemania Nazi de Hitler, el mundo juró que nunca más habría un genocidio, que nunca más se apoyaría a un gobierno fascista, que aquella personas que congeniaran con esas ideas no tendría el micrófono ni un lugar para tomar decisiones, pero esa Estados Unidos junto con esa Europa que lo prometieron durante el Tratado de París, hace ya algunas décadas que han comenzado a olvidar ese juramento.

Es así como la humanidad horrorizada después de observar las atrocidades y crímenes cometidos durante la Segunda Guerra Mundial por los nazis, los campos de concentración de exterminio, torturas, la desaparición, experimentación, hambruna, los discursos populistas de ultraderecha y fascistas, se juró que ya no se repetirían, pero no solamente ello, sino que mejor aún, que se combatirían y serían sancionados.

Pero ahora parece que estamos en una realidad alterna, dónde no se hicieron esas promesas y juramentos, un ejemplo de ello es Palestina, a la que no le tenemos que quitar la vista de encima, donde su pueblo está siendo víctima de un genocidio. En aquel momento, quienes encabezaban esas acciones, era Hitler y sus aliados del Eje, ahora quienes lo encabezan son Netanyahu, EU y algunas naciones europeas.

Una Palestina, la que ha sido violentada de manera sistemática, que si bien, algunas y algunos hemos señalado las atrocidades cometidas contra su pueblo, de una manera indigna, hay quienes han callado, son cómplices y peor aún, aquellos cómplices quienes apoyan de manera sistemática este genocidio, tienen el valor de culpar a las víctimas, y ahora buscan sacar a las y los palestinos de sus tierras, para que, encima de los muertos del mundo y las toneladas de sangre derramada, se construya una zona de lujo para que se disfrute como atracción turísitica.

Pero y ¿Qué pasó con los fascistas y nazis? Pensé que toda la sociedad estábamos en la misma sintonía, en que no deberían de ocupar ningún cargo de poder, pero también en que estaban terriblemente mal quienes promueven esta ideología, así que, como sociedad, haríamos frente ante estos y ellos se quedaría en sus cuevas, avergonzados de lo que creían, e inclusive, sumamente disminuidos.

Pero, insisto, parece que nos encontramos en una realidad alterna, en la que ahora ser nazi, fascista y ultra es «cool», adémás se consideran como «una resistencia ante la dictadura de izquierda» y es así como estas personas que a pesar que en los discursos y acciones van en contra de los derechos humanos, las libertades y cualquier decencia humana, cuentan con miles o millones de personas que les apoyan. Pero esos millones no tardarán en ser perseguidos por los ultras, por ejemplo en EU; las y los migrantes que apoyaron a Trump y que hoy en día se encuentran en jaulas o esposados esperando a ser deportados.

Esto no se queda solamente de nuestro lado del mundo, uno observa en Europa, por ejemplo, en Italia con su primer ministra italiana fascista y seguidora de Mussolini, Giorgia Meloni, o en España con Vox, o en otras naciones europeas dónde esa ideología ultra, de odio y desprecio ha encontrado fuerza, la que buscan es hacer imparable, para terminar de aplastar los derechos humanos, fortalecer el modelo capitalista salvaje en el que nos encontramos y acaparar los recursos, servicios y derechos en favor de las minorías.

En nuestro lado del mundo, no solamente EUA  es quien ha olvidado los nunca más que juró durante décadas, Argentina parece que quiere seguir sus pasos, con un Javier Milei en campaña quien demostró ser un negacionista de la dictadura militar, un hombre de derecha antiderechos, ganó las elecciones de su país, y ha lo largo de los últimos años se ha dedicado a socabarles mientras prepara a su país para venderlo por partes, a pesar de ello, la resistencia contra su gobierno y los ataques contra la libertad se vuelven no un acto de necesidad, sino de supervivencia.

Ahora más que nunca, el reapropiarnos de la memoria y la historia es un acto de resistencia y lucha ante una derecha que apuesta por la manipulación histórica y el negacionismo ante la historia, una derecha, que a diferencia del progresismo o la izquierda, se encuentra conectada internacionalmente, misma derecha que cuenta con un muy buen poder político, económico y de los medios de comunicación, por ello, se necesita cuidado y no perder de vista lo que hacen, porque no son hechos aislados, mientras se protege a la memoria y se reivindica a la misma.

Finalmente, creo que es importante preguntarnos, ¿Qué es lo que hemos hecho? y/o ¿Qué es lo que no hemos hecho?, ¿Qué tenemos que hacer?, sin lugar a dudas, tenemos que seguir luchando, para no retroceder ni un paso en favor de los ultras, y exigir que los mismos vuelvan a sus cuevas, que les de nuevamente vergüenza ser lo que son, y que se les quite el poder, que los Trumps, Musks, Verasteguis, Mileis, las Lilys Télles, los Salinas Pliego y más; dejen de ser escuchados, vistos y que no nos puedan seguir amenazando con quitarnos los derechos y libertades.

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