El día de ayer, el presidente de Chile, Gabriel Boric, mientras rendía su cuarto y último informe de gobierno ante su Congreso y la ciudadanía de su país, dió a conocer que buscará reducir de manera considerable los negocios con Israel, además condenó el genocidio que ocurre contra el pueblo palestino.
«He instruido a la Ministra de Defensa (a que) me presente un plan de diversificación en materia de defensa, que nos permita dejar de depender de Israel en toda área», dijo en un mensaje contundente que realizó el mandatario chileno, que le valió de aplausos y diversas muestras de apoyo.
El pronunciamiento es importante, ya que a nivel armantentístico, el ejército chileno y la policía militarizada dependen en buena parte del armamento que le compran a Israel, pero estas acciones las justificó Boric, señalando que es «para que deje de matar niños».
También condenó la «limpieza étnica» que ocurre de parte de Israel contra Palestina, y se unió en favor del embargo internacional, por el que se busca no comprar armas y equipo militar, pero tampoco venderles.
En el tema de comercio, señaló que, «considerando la permanente violación del derecho internacional de Israel, he decidido patrocinar y poner urgencia al proyecto de ley que prohíbe la importación de productos producidos en territorios (palestinos) ilegalmente ocupados».
Además señaló que «condenamos el terrorismo de Hamas y exigimos la liberación de rehenes que están en cautiverio».
Con, estos pronunciamientos, la búsqueda de realización de nuevas leyes y reformas han provocado reacciones en favor y pocas en contra, como por ejemplo, algunos legisladores de Estados Unidos (EUA), quines señalan que es podría provocar que dicho país deje de negociar con Chile, lo que se ha interpretado como una amenaza. Además, el embajador israelí señaló como falsas las declaraciones del mandatario, y añadir que lo que ocurre en Palestina es una Guerra.
Finalmente, los pronunciamientos de Boric y sus posibles acciones ocurren mientra la comunidad internacional se levanta contra el genocidio que encabeza Israel, mismo en el que se han asesinado más de 54 mil personas, mientras Israel parece quedarse con menos aliados y naciones como ciudadanías que exigen el final del genocidio y que las y los criminales respondan a sus acciones ante la justicia.
