Puebla vivió momentos de tensión social que pusieron a prueba la capacidad de diálogo. 1- El paro de estudiantes de la BUAP. 2- La protesta de policías municipales. 3- Cierre de las carreteras a Atlixco. La clave para superar la crisis fue la negociación directa con la rectora Lilia Cedillo, el alcalde Pepe Chedraui y el gobierno de Alejandro Armenta. Al toro por los cuernos.
El paro en la BUAP Estudiantes de Medicina de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) se manifestaron por la falta de plazas en internados y prácticas clínicas, lo que derivó en un paro de actividades.
La rectora Lilia Cedillo optó por un tono conciliador. “Reconozco el valor de cada una de las voces y, sobre todo, la pasión que impulsa a nuestros estudiantes para señalar problemáticas que merecen ser atendidas”, declaró. La negociación avanzó hasta que, finalmente, se reunió́ con los alumnos inconformes y logró acuerdos que permitieron el levantamiento del paro.
La protesta policial
Dos policías municipales fueron asesinados en la colonia Del Valle, un hecho que desató indignación dentro de la corporación. Sus compañeros exigieron la renuncia del subsecretario de Operatividad Policial, Gustavo Alonso Zapata, acusándolo de fallas en la estrategia de seguridad y en el respaldo a los elementos en campo.
El alcalde de Puebla, José́ “Pepe” Chedraui, no tardó en reaccionar y convocó a los inconformes a una reunión frente a frente.
El dialogo directo permitió́ que los agentes desistieran de su paro.
Bloqueos
Automovilistas quedaron atrapados por el bloqueo de la autopista Vía Atlixcáyotl y la carretera federal Puebla-Atlixco este domingo. Habitantes de Ahuatempan, decidieron tomar estas vías en protesta por la presunta desaparición de dos menores. La reacción del gobierno estatal no se hizo esperar.
El secretario de Gobernación, Samuel Aguilar Pala, informó que la Fiscalía General del Estado (FGE) ya investigaba.
Finalmente se encontraron sanas y salvas y se supo que se fueron por voluntad propia.
Los padres demostraron, falta de educación, valores y de confianza hacia sus hijas.
Pero ese es otro tema.
En tanto, conductores varados y pérdidas económicas fue el sado de este lamentable episodio. Pero más a fondo, la gente no bloquea carreteras por gusto, lo hace porque siente que es la única manera de obtener una respuesta.
Esta situación ha sido heredada de hace décadas por gobiernos anteriores y que ahora ya se trabaja para quitar la mala percepción. Se demostró así un cambio con la disposición al diálogo del gobierno de Alejandro Armenta, que derivó en la solución. La lección Los conflictos, aunque distintos en su naturaleza, revelaron una constante: la capacidad de negociación es fundamental para evitar crisis mayores.
Tanto en la BUAP como en la Policía Municipal y en el gobierno de Alejandro Armenta, el dialogo oportuno logró frenar movilizaciones que pudieron haber escalado a un nivel más grave.
Ahora, como lección, las autoridades deberán trabajar en la prevención.
Tiempo al tiempo.
