Este viernes, llegó a Caracas un nuevo vuelo del plan Vuelta a la Patria, en el cual 251 venezolanos expulsados de Estados Unidos fueron repatriados, y entre los tripulantes, se encontraba un grupo de siete niños y niñas que formaban parte de los 31 infantes que fueron separados de sus familias y estaban siendo retenidos de manera ilegal por el país norteamericano, acto que ha sido calificado por el gobierno bolivariano como un «secuestro».
El recibimiento de los migrantes fue encabezado por el ministro del Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, quien, desde el pasado abril, cuando se reportó que la bebé Maikelys Espinoza -cuyo padre, Maikel Alejandro Espinoza fue trasladado sin juicio previo a la cárcel del CECOT, en El Salvador- fue separada por la fuerza de su madre, Yorelis Bernal, ha denunciado ante la comunidad internacional que las políticas del presidente estadounidense Donald Trump operan como una red de «trata de personas».
La lucha venezolana por recuperar a los infantes retenidos por EUA ha sido uno de los puntos centrales de actos como la movilización, del pasado 1 de Mayo, por el Día Internacional de los Trabajadores; fue llevada ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyo Alto Comisionado para los DD.HH., Volker Türk, fue declarado persona non grata debido a su inacción frente a esta crisis; y también se presentó al papa León XIV, a través de una carta del presidente Nicolás Maduro pidiendo su mediación.
La repatriación que permitió reunir a estos siete pequeños con sus madres, padres, abuelas y abuelos, también fue celebrada por la primera combatiente, Cilia Flores, quien destacó el compromiso del gobierno por rescatar a los 24 menores que aún permanecen en los centros de retención de migrantes de estados unidos, cuando les recibió con juguetes y les acompañó al Palacio de Miraflores, en donde fueron recibidos por el presidente Maduro.