El gobierno de Estados Unidos avanza con la implementación de sus políticas antimigrantes. Este martes, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que autoriza a las fuerzas del orden federales a arrestar a migrantes en lugares considerados como “sitios seguros”, tales como escuelas, hospitales e iglesias. Según las autoridades estadounidenses, con esta medida los delincuentes extranjeros ya no podrán esconderse.
“Los delincuentes ya no podrán esconderse en escuelas e iglesias de Estados Unidos para evitar ser arrestados. La administración Trump no limitará a nuestras valientes fuerzas del orden y espera que utilicen el sentido común”, declaró Benjamine Huffman, secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional.
Con esta medida, el gobierno norteamericano pretende capturar a criminales extranjeros, incluidos violadores que se encuentren ilegalmente en territorio estadounidense.
Temor en la comunidad migrante
Esta nueva política, implementada por la administración de Trump, ha generado un clima de incertidumbre y miedo dentro de la comunidad migrante. Ahora, muchas familias temen enviar a sus hijos a la escuela por miedo a ser deportados. Incluso se prevé que estos arrestos puedan ocurrir durante eventos sociales como bodas, funerales e incluso manifestaciones proinmigrantes donde participen personas indocumentadas, según reportó la cadena NBC News.
Cabe señalar que con este decreto se disuelven programas creados por la anterior administración, encabezada por Joe Biden, para disuadir la inmigración irregular, como el CBP One y el permiso humanitario conocido como *parole*. Estos programas ofrecían asilo a migrantes de Nicaragua, Venezuela y Haití por un periodo de dos años en Estados Unidos.
Una de las directrices de estos programas era la prohibición de arrestos de migrantes en sitios seguros, como centros educativos, de salud o religiosos.
Trump lo anunció desde el primer día
El pasado 20 de enero, en su discurso de toma de posesión, Donald Trump declaró emergencia nacional en la frontera sur. Con esta medida, anunció la presencia de fuerzas militares en la zona con el objetivo de prohibir el paso de inmigrantes a territorio estadounidense, bajo el argumento de salvaguardar la seguridad nacional y evitar la invasión de criminales, así como el tráfico de drogas.
Asimismo, en su regreso a la Oficina Oval, firmó una serie de decretos para iniciar la deportación de los 11 millones de inmigrantes en Estados Unidos que no cuentan con la documentación necesaria para residir en el país.
