La activista sueca, Greta Thunberg, llegó este martes al aeropuerto de París, tras ser deportada por el gobierno de Israel. Fue secuestrada en aguas internacionales por el ejército israelí junto con otros 11 activistas a bordo del barco «Madleen» que se dirigía a la Franja de Gaza con ayuda humanitaria. Cuatro de ellos continúan retenidos de manera ilegal, por lo qué exige su liberación y reiteró que intentarán nuevamente ir a Palestina
Después del secuestro del domingo 8 de junio, cuando Israel interceptó la embarcación e impidió su llegada a Gaza, Thunberg, fue liberada el martes, después de haber firmado para su liberación y ser devuelta a su país de origen.
La activista fue escoltada al aeropuerto de Asdod, donde viajó a París, para después, volar hacía Suecia. «Fuimos secuestrados en aguas internacionales y llevados contra nuestra voluntad a Israel», aseguró a la prensa la activista sueca.
«No violamos ninguna ley. No hicimos nada malo», agregó.
En el barco, viajan 12 activistas de diversas nacionalidades — Francia, Alemania, Brasil, Turquía, Suecia, España y Países Bajos—. Thunberg formó parte de aquellos que firmaron los papeles que permitieron su expulsión de Israel.
“Aquellos que se nieguen a firmar los documentos de expulsión y a abandonar Israel serán llevados ante una autoridad judicial, de acuerdo con la legislación israelí, para que autorice su expulsión”, agregó el ministerio de Israel, añadiendo que los activistas habían estado en contacto con los cónsules de sus respectivos países en el aeropuerto.
A su llegada al Aeropuerto Charles de Gaulle de París, Thunberg pidió la liberación de los otros activistas que fueron detenidos a bordo de la Flotilla de la Libertad. Y describió la situación como “bastante caótica e incierta”.
«Estoy muy preocupada por ellos», aseguró la activista, que pidió su «liberación inmediata», además de la llegada «de ayuda humanitaria a Gaza, un alto el fuego y, sobre todo, el fin de la ocupación» israeli.
“No nos detendremos. Seguiremos haciendo todo lo que podamos, porque es la promesa que hicimos a los palestinos», afirmó.
Por su parte, el gobierno de Israel acusó a los activistas de escenificar una provocación mediática con la intención de hacer publicidad.