octubre 13, 2025 5:10 pm
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Tormentas en Veracruz, Hidalgo y Puebla dejan 64 fallecidos y 65 ausentes

Las lluvias torrenciales que azotaron al país entre los días 6 y 9 de octubre han dejado hasta el momento un saldo de 64 personas fallecidas y 65 desaparecidas, además de cuantiosos daños materiales en al menos cinco estados del país, según confirmó la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC). Las entidades más afectadas son Veracruz, Hidalgo, Puebla, San Luis Potosí y Querétaro, donde comunidades enteras permanecen incomunicadas y miles de personas fueron desplazadas de sus hogares debido a inundaciones, deslaves y el colapso de infraestructuras básicas.

En Veracruz, las precipitaciones provocaron desbordamientos de ríos y arroyos que arrasaron con viviendas, caminos y sembradíos, dejando 29 muertos y más de 10 mil damnificados. En Hidalgo, los aguaceros continuos durante cuatro días provocaron el colapso de puentes y la destrucción de caminos rurales, con un saldo de 21 víctimas mortales. Puebla suma 13 personas fallecidas, muchas de ellas en comunidades de la Sierra Norte, donde las intensas lluvias provocaron derrumbes que sepultaron viviendas. En Querétaro, se reportó una muerte relacionada con deslaves en la zona serrana, mientras que en San Luis Potosí se registran pérdidas materiales, aunque sin víctimas confirmadas hasta ahora.

Las lluvias fueron especialmente intensas: en Veracruz y Puebla se registraron máximos de hasta 280 y 286 milímetros, respectivamente. Esta acumulación pluvial provocó el desbordamiento de ríos como el Cazones, el Tecolutla y el Apulco, así como el colapso de caminos que conectan comunidades serranas. De acuerdo con la CNPC, más de 100 mil viviendas resultaron afectadas, 42 mil personas permanecen sin suministro eléctrico y se contabilizan 132 interrupciones viales en las cinco entidades afectadas, la mayoría en carreteras secundarias y rurales. Los daños a cultivos, redes de agua potable y sistemas de drenaje también son considerables, y se espera que la evaluación completa de pérdidas económicas se extienda durante las próximas semanas.

La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo declaró en conferencia de prensa que no se escatimarán recursos para atender a las familias afectadas y reconstruir las zonas dañadas. Reconoció, sin embargo, que fue difícil anticipar la magnitud del fenómeno meteorológico, pues la intensidad de las lluvias superó las previsiones de los modelos de pronóstico. “En esta zona del país se alertó que iba a haber lluvias fuertes, pero fueron varios fenómenos los que se presentaron, lo que generó una lluvia intensa que no se esperaba de esta magnitud”, señaló. La mandataria también anunció la creación de dos grupos de investigación científica, uno enfocado al Pacífico y otro al Atlántico, con el fin de mejorar los sistemas de monitoreo y alerta temprana ante eventos meteorológicos extremos.

Por su parte, el secretario de Marina, Raymundo Morales, explicó que las lluvias se originaron por la interacción simultánea de varios sistemas meteorológicos: la tormenta tropical Priscilla en el Pacífico, el huracán Raymond en el Atlántico y la presencia de frentes fríos que intensificaron la convección atmosférica. La coincidencia de estos fenómenos, señaló, generó un efecto de “saturación” en las cuencas del Golfo y del centro del país, lo que explica la magnitud de los daños registrados.

Las fuerzas armadas, junto con Protección Civil, desplegaron operativos de rescate por tierra y aire, habilitando puentes aéreos para llevar víveres, medicinas y agua potable a las comunidades más afectadas. En Puebla y Veracruz se establecieron centros de acopio temporales y albergues, mientras que la Comisión Federal de Electricidad trabaja en el restablecimiento del servicio en zonas donde aún existen cortes técnicos o preventivos. Las autoridades locales reportan que varias comunidades siguen incomunicadas, especialmente en zonas de difícil acceso en la Sierra Madre Oriental, donde los deslaves han bloqueado caminos y las lluvias persisten de manera intermitente.

La tragedia ha reavivado el debate sobre la vulnerabilidad de las poblaciones rurales y el impacto del cambio climático en la frecuencia e intensidad de estos fenómenos. Expertos del Instituto de Geografía de la UNAM señalaron que las lluvias recientes son parte de un patrón más amplio de eventos extremos, cuya recurrencia ha aumentado en la última década. Aunque el gobierno federal ha anunciado una estrategia de reconstrucción y prevención, los especialistas advierten que las medidas de mitigación deberán incluir la reforestación de cuencas, la revisión de asentamientos en zonas de riesgo y la modernización de los sistemas de drenaje urbano.

En medio de los esfuerzos de rescate, aún 65 personas permanecen desaparecidas y son buscadas por brigadas mixtas de la Guardia Nacional, la Marina y voluntarios locales. Las labores de localización son complicadas por el lodo, los derrumbes y las condiciones meteorológicas que siguen siendo inestables. Mientras tanto, los damnificados esperan apoyo gubernamental para reconstruir sus viviendas y recuperar los medios de subsistencia perdidos.

Las lluvias de los primeros días de octubre de 2025 dejan al país con un panorama de devastación humana y material que pone a prueba la capacidad institucional del Estado y evidencia la urgencia de fortalecer los mecanismos de prevención ante el cambio climático. La magnitud del desastre, comparada por algunos expertos con las inundaciones históricas de 1999, exige una respuesta integral que vaya más allá de la emergencia y contemple una reconstrucción sostenible, basada en la protección ambiental y la resiliencia de las comunidades más vulnerables.

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