abril 21, 2025 8:57 pm
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Putin incentiva con dinero embarazos de adolescentes rusas

Desde principios de 2025, al menos 27 regiones de Rusia han comenzado a ofrecer pagos únicos a estudiantes universitarias embarazadas e incluso a mujeres en edad escolar que esperan un hijo.


Los bonos, que van desde los 20.000 hasta los 150.000 rublos (entre US$230 y US$1.760), son financiados por las gobernaciones locales con el objetivo declarado de revitalizar la maternidad en un país donde la tasa de natalidad lleva años en constante declive.


La lógica detrás de la medida es que cuanto antes una mujer comience a tener hijos, mayores serán las probabilidades de que tenga más. Sin embargo, expertos en demografía y derechos sociales cuestionan esta premisa y advierten que no solo es ineficaz, sino también peligrosa.


“Cuando una niña da a luz a otro niño, no es heroísmo, sino una tragedia”, declaró la diputada de la Duma Estatal, Ksenia Goryachova, criticando la iniciativa que muchos ven como una normalización del embarazo adolescente.


A pesar de los esfuerzos del Estado por revertir la tendencia —incluyendo subsidios por maternidad, campañas patrióticas y beneficios fiscales— Rusia no ha logrado salir del agujero demográfico. En 2024, solo 1,2 millones de niños nacieron en el país, la cifra más baja en los últimos 25 años.


Los nuevos pagos apuntan principalmente a mujeres menores de 25 años y, en algunos casos, a adolescentes aún en edad escolar. Sin embargo, su alcance ha sido limitado. Según una investigación del servicio ruso de la BBC, apenas se han registrado unos 310 casos de beneficiarias desde el inicio del año, de las cuales solo 66 eran estudiantes universitarias.


En marzo, varias regiones ampliaron los incentivos a las colegialas embarazadas, un grupo donde los nacimientos han ido disminuyendo constantemente. En 2023, según datos oficiales, cerca de 9.000 niñas entre 12 y 17 años dieron a luz, y aproximadamente el 40% de los embarazos adolescentes terminaron en aborto.


A pesar de la controversia, las ayudas suelen entregarse sin considerar el nivel de ingresos o el estado civil de la beneficiaria, y generalmente antes del parto. La región de Kemerovo, por ejemplo, se sumó recientemente con un pago único de 100.000 rublos (unos US$1.200) para estudiantes embarazadas.


Frente a las críticas, el ministro de Trabajo, Anton Kotyakov, aseguró que los pagos no buscan fomentar el embarazo temprano, sino apoyar a las madres jóvenes en situaciones vulnerables. No obstante, el gobierno federal ha marcado distancia con estas políticas regionales y afirmó que no se contempla una implementación nacional de estas medidas.


La crisis demográfica rusa no es nueva. Tras el colapso de la Unión Soviética, el país vivió una caída drástica de los nacimientos, que pasó de dos millones en 1990 a 1,2 millones en 1999. Si bien la situación mejoró temporalmente en los años 2000 con la introducción de incentivos por maternidad, desde 2016 los nacimientos volvieron a descender, incluso por debajo de los niveles de la década de los 90.


Hoy, en un contexto marcado por la guerra con Ucrania, el exilio de parte de su población y un creciente desencanto entre las nuevas generaciones, Rusia parece apostar por medidas cada vez más controversiales en su intento por revertir la caída demográfica.

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