Como respuesta a los ataques del ejercito indio del pasado 7 de mayo, el ejercito Pakistán, respondió con un bombardeo a tres bases aéreas, una de ellas cercana de la capital —Islamabad —.
Desde el pasado miércoles, cuando India bombardeó supuestos campos “terroristas” en Pakistán, los dos países del sur de Asia han realizado ataques cruzados con misiles, artillería y drones que han matado a más de 50 civiles.

El ataque, realizado con misiles de medio alcance, fue dirigido a más de 25 sitios militares, incluyendo supuestas bases aéreas y depósitos de armas en varios estados indios como Gujarat, Punjab, Rajasthan; y ciertas ubicaciones en la región de Cachemira —zona disputada por ambos países —, administrada por India.
El ejército indio, condenó los ataques pakistaníes y los catalogó como: «escalada flagrante». Afirmaron que los ataques, que incluyeron incursiones con drones a lo largo de su frontera occidental, fueron «interceptados y destruidos» por sus defensas aéreas.
La tensión de ambos países aumentó durante las primeras horas del sábado cuando Pakistán inició una operación militar contra varias bases y un supuesto almacenamiento de misiles en el norte de India.
Como respuesta, India advirtió sobre posible agresión de Pakistán, destacando supuestos movimientos de tropas a lo largo de la frontera. Un portavoz militar indio declaró que tal actividad indicaba «intención ofensiva» por parte de Pakistán.India ha declarado su compromiso con la «no escalada» solo si Pakistan no escala en ataques en un posible ataque.
El ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán, Mohammad Ishaq Dar, en una entrevista reciente, señaló que Pakistán consideraría detener su ofensiva si India correspondiera la acción.