La capacidad del Estado Mexicano para controlar el narcotráfico cada vez resulta menor, la anomia social mayor se significa con el incremento de la violencia y corrupción. Por más que la Casa Blanca presione a nuestro país con aranceles, incluso la intervención militar, simplemente la gobernabilidad mexicana en términos de seguridad nacional es débil. La capacidad de México para luchar contra el narcotráfico es históricamente insuficiente, no se tiene el potencial institucional para reducir el poder de los cárteles y tampoco para capturar a los integrantes de las diversas redes de la delincuencia.
Las instituciones del sistema político mexicano deben permitir que los Estados Unidos se encarguen del control del narcotráfico mediante el ingreso de sus elementos a la república. Así como en la Segunda Intervención Francesa los mexicanos liberales recurrieron a los norteamericanos para contener la fuerza de los monarquistas conservadores, ahora la situación del narcotráfico puede dar pauta para una acción conjunta de los Estados Unidos con el ejército mexicano. Durante la rebelión delahuertista, la Guerra Cristera y en otras circunstancias, se han tenido que desarrollar “Acuerdos de Bucareli” para el apoyo estadounidense definitivo en la correlación de fuerzas en México. Conforme la hipótesis de Miguel Basañez, la lucha por la hegemonía en México no está determinada para nadie y sólo quien establece alianzas efectivas con Norteamérica puede consolidar temporalmente su fuerza. El gobierno, representante formal del Estado, sólo expresa un actor más en la dinámica de vectores de la dialéctica política; sin Estados Unidos parece que nadie impera en México, o bien, que la Unión Americana es quien manda realmente en el país.
El caudal de la emigración mexicana a los Estados Unidos puede ser un elemento de cambio en la reducción del nacionalismo mexicano respecto de una intervención militar mayor dirigida desde la Casa Blanca. Aunque es probable la aparición de un elemento inconforme con el intervencionismo, lo cierto es que el puercoespín se ha quedado sin púas por la enorme violencia interna. El escenario de George Friedman 2080 no puede soslayarse, pero también debe considerarse que los migrantes y un importante sector nacional se acoplan con la estructura socioeconómica norteamericana desde finales del siglo XX en forma óptima.
Enfoques de colaboración como los propuestos por el Tratado McLane-Ocampo también permiten restituir el TMEC, nearshoring, migración e, incluso, el trasiego de los psicotrópicos que la población norteamericana demanda. El nacionalismo mexicano necesita del impulso capitalista de los Estados Unidos para desarrollar y modernizar las estructuras productivas y sociales del Modelo Habsburgo. Si el gobierno de la Cuarta Transformación se aísla de Norteamérica, irremediablemente quedará secuestrado por el conservadurismo más radical del nacionalismo católico hispanista que detiene el tiempo y sólo sabe administrar la pobreza. Sin apoyo internacional, México no puede ganar la guerra contra el narcotráfico y la corrupción.
Narcotráfico. La probable renovación del Tratado-McLane Ocampo
