Como parte de sus políticas antimigratorias, el gobierno de Estados Unidos podría desplegar cerca de 10 mil militares activos para apoyar las labores de detección de migrantes y reforzar la seguridad en la frontera con México, en cumplimiento de las medidas decretadas por el presidente Donald Trump al inicio de su administración.
Se han girado instrucciones a la Patrulla Fronteriza para negar el acceso y el derecho al asilo a todas las personas que intenten ingresar de manera ilegal al territorio estadounidense. Asimismo, se ha solicitado a las autoridades fronterizas que repatrien a ciudadanos mexicanos a su país tras haberles tomado las huellas dactilares, según informaron diversas fuentes periodísticas.
En el caso de migrantes de otras nacionalidades, se procederá con la deportación aérea hacia sus países de origen. Además, no se les permitirá acceder a un juez de inmigración o a un oficial de asilo, lo que exime a Estados Unidos de cumplir las obligaciones establecidas por el derecho internacional, que busca proteger a personas perseguidas y evitar que sean retornadas a situaciones de peligro.
Trump comienza a cumplir sus promesas antimigrantes
En un esfuerzo por materializar sus promesas antimigratorias, Donald Trump firmó un decreto que ordena el envío de mil quinientos efectivos militares para unirse a los 2,200 que ya operan en la frontera. Estas fuerzas, adicionales a la Guardia Nacional destacada en la región, tienen asignadas tareas específicas para apoyar a la Patrulla Fronteriza. La intención del gobierno estadounidense es aumentar el número de soldados desplegados en la frontera hasta alcanzar los 10 mil. De acuerdo con un memorándum interno del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), obtenido por la cadena CBS News, la administración republicana planea asignar a estas fuerzas un papel más amplio. Sus tareas incluirían la detención de migrantes en bases militares, el traslado de detenidos en diferentes regiones del país y su deportación, entre otras actividades novedosas.
La prioridad es deportar a criminales
Las autoridades estadounidenses han señalado que, por el momento, la prioridad es deportar a inmigrantes que hayan cometido delitos graves en territorio estadounidense. Sin embargo, organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes expresan dudas sobre si estas medidas se enfocarán realmente en criminales. Hasta ahora, la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha arrestado a más de 308 inmigrantes indocumentados considerados “criminales”. “Algunos eran asesinos, algunos eran violadores”, afirmó el director interino de ICE, Tom Homan, en una entrevista con Fox News.
