junio 6, 2025 1:51 am
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En Israel venden tours para ver los bombardeos en la franja de Gaza

En pleno siglo XXI, mientras la violencia de genocidio se transmite en tiempo real a través de redes sociales y noticieros, un fenómeno aún más perturbador ha ganado terreno: los tours para observar bombardeos en la Franja de Gaza. Por aproximadamente 800 dólares o hasta menos, es posible reservar un asiento en una colina israelí y contemplar, con binoculares y bebidas en mano, la destrucción de territorios palestinos como si se tratara de un espectáculo.

No basta con un genocidio televisado. En medio de la devastación, hay quienes encuentran fascinación en el horror. Decenas de civiles —incluidos turistas extranjeros y locales— se reúnen diariamente en miradores ubicados en ciudades como Sderot, al sur de Israel, para observar cómo las bombas caen sobre Gaza.


Algunos registran el momento con sus teléfonos, otros comparten risas o se conmueven, pero todos comparten la experiencia de ver la guerra desde una “distancia segura”.

Este tipo de turismo, conocido como turismo negro no es nuevo. Su auge se ha observado en sitios como Auschwitz, Hiroshima o Chernóbil, lugares donde la tragedia ha sido relegada al pasado y transformada en memoria histórica.

Sin embargo, el turismo de guerra o turismo de genocidio en este caso, es una variante más cruda y actual, implica observar el sufrimiento en tiempo real, cuando aún humean los escombros y los cuerpos siguen sin ser recuperados.

Organismos de derechos humanos y activistas han condenado duramente esta práctica, considerándola una forma de banalizar el dolor humano. La posibilidad de presenciar una masacre desde la comodidad de una colina, con cámaras y refrigerios, pone en tela de juicio los límites éticos del entretenimiento y el papel que juega el espectador global ante el sufrimiento ajeno.

Las motivaciones de los asistentes varían. Algunos llegan con la intención de mostrar apoyo a Israel. “Quería ver con mis propios ojos lo que pasa aquí. Me ayuda a entender mejor la historia”, declaró una turista estadounidense. Otros, sin embargo, reconocen el atractivo visual de las explosiones. Para ellos, el morbo supera cualquier consideración moral.

Estos tours son vendidos y recomendados por empresas como Tripadvisor y Green Olive Tours, las cuales usan frases ambiguas o poco claras para promocionar sus recorridos por las zonas de conflicto.

En uno de los Tours ofrecidos por Green Olive Tours por la frontera de Gaza, en la descripción del recorrido señala que:

“Al llegar a la frontera de Gaza, el grupo se detendrá en el puesto de control de Erez, donde a pocas personas se les permite cruzar, principalmente a un puñado de palestinos con visas médicas que llegan a Israel para recibir tratamiento. Luego, se dirigirán al Kibutz Zikkim, donde realizarán un recorrido por el kibutz y aprenderán lo que es estar en el lado receptor de los cohetes.

La siguiente parada es la ciudad de Sderot (la ciudad donde se encuentra uno de los principales miradores), que ha sido objeto de diversos cohetes desde Gaza. Visitarán la comisaría de policía de Sderot, donde hay un impresionante museo de cohetes que han caído sobre la ciudad. También verán una escuela reforzada con enormes arcos de hormigón sobre el techo para proteger a los niños de los cohetes.”



Por su parte, Tripadvisor y la aplicación de viajes Lokalee ofrecen el “7 de octubre – Tour Patrimonio y Heroísmo en la Frontera de Gaza” un viaje al momento de la víctimas israelíes del 7 de octubre y una visita a la estación de policía y el mirador de Sderot.

“En nuestro recorrido, visitaremos diferentes lugares a lo largo de la frontera de Gaza y la Envoltura de Gaza y contaremos la historia de estos días difíciles exactamente dónde ocurrió, y como todavía se refleja en Israel hoy”, asegura en su descripción.


Y este no es el único, Tripadvisor tiene disponibles al menos tres tours más que ofrecen visitar el monumento a las víctimas de Israel y la ciudad de Sderot.

Esta clase de turismo es parte de una narrativa más amplia en la que la violencia se convierte en contenido, y el dolor de otros se transforma en una experiencia consumible. En el caso de Gaza, donde la ofensiva israelí continúa bajo la estrategia de “tierra quemada”, la tragedia se convierte en espectáculo, y la frontera en una galería de observación.

La normalización de estos tours no solo evidencia una alarmante deshumanización del pueblo palestino, sino que también refleja cómo el consumo de violencia se ha vuelto parte del paisaje contemporáneo.

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