El nuevo bastón de mando

El día primero de octubre Claudia Sheinbaum Pardo asume la dirección política de México. ¿Qué piedrita suena bajo sus zapatos? ¿que se despliega en este “segundo piso” de la 4T? ¿Por qué su discurso y sus luminarias suenan tan a hipocresía? 

Sheinbaum Pardo, continúa el legado de su antecesor, quien despegó a partir de vender su personaje político como aquel que vendría a salvar a los pobres de la nación “primero los pobres” era el lema, pero sin tocar puntos clave como la reducción de la jornada laboral. Tal vez ahora el lema sea “bastonazo con perspectiva de género”. 

No deja de ser Interesante el despliegue mediático de la figura pública de la Primer Mujer en la Presidencia de México, recibiendo en una folklorizada y tele transmitida ceremonia de entrega de bastón de mando, una costumbre que se realiza en muchos pueblos del país como forma de honrar un puesto de mayor responsabilidad para con la comunidad que elige al representante en cuestión (dicho sea de paso también es herencia colonial).

Tras el humo de copal y discursos de inclusión hacia los pueblos originarios y afrodescendientes la ahora líder de la nación, se disculpa por el actuar del Estado durante la masacre de Tlatelolco, acontecimiento del cual ella se nombra “hija”. Pero, ¿no fueron sus cuerpos policiacos los que rodeaban por centenares la plaza del zócalo apenas un día después de su toma de protesta arrojando polvo de extintores a los manifestantes? ¿No fue bajo su mando que se desalojaron a familias Otomíes que exigían una vivienda digna de forma violenta en la Ciudad de México apenas hace un año cuando era Jefa de Gobierno? o para seguir en el colmo de los colmos ¿no iba a ser ella  bajo su anterior cargo quién desmantelara el cuerpo de granaderos? una verdadera deuda histórica al pliego petitorio del CNH. No, solo mandó a policías mujeres a golpear a otras mujeres durante el 8M. ¿Que sigue pintarle los toletes de rosa y brillantina a las granaderas?

En este nuevo sexenio, la represión y el financiamiento a los cuerpos castrenses, entre los cuales destaca el propio ejército que ha encubierto una cantidad copiosa de información en el esclarecimiento de la desaparición de los 43 normalistas de ayotzinapa, así como el auspicio a la Guardia Nacional, que tiene entre 2020 y 2022 más de 1100 quejas ante la CNDH por violaciones graves a los derechos humanos, es decir crímenes de derecho internacional entre los que se destacan: desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, homicidios ilegítimos y tortura, entre otros, continúa como línea política.

Varias organizaciones entre las que destaca Amnistía Internacional, alertan que en materia de Derechos Humanos existe un verdadero peligro de disponer de un cuerpo militar para realizar tareas civiles -pues son entrenados para la guerra- El gobierno mexicano hace oídos sordos, la presidenta y comandante en jefe de las fuerzas armadas ha colocado como Titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) a Ricardo Trevilla, mismo que fuera entrenado en la Escuela de Las Américas en E.U.A. una academia castrense especializada en la contrainsurgencia en 1992 bajo el gobierno de Salinas de Gortari. Momento especialmente delicado al explorar la última década de lo que muchos historiadores denominan como “Guerra Sucia”.

Trevilla resulta ser además el encargado de limpiar la imagen del Ejército. En 2011 fue el encargado de realizar la campaña de Comunicación Social de la SEDENA “La Gran Fuerza de México” durante el mandato de Felipe Calderón en la Guerra contra el Narco, dejando a miles de personas desaparecidas, muertas, torturadas no teniendo otro resultado que la dispersión y recrudecimiento de la violencia entre los grupos que saluda en un gesto retórico la ahora presidenta: grupos campesinos, afrodescendientes, indígenas y mujeres. 

El ahora titular de la SEDENA fue uno de los principales encargados en la formación de la Guardia Nacional, agencia policiaca entrenada y supervisada directamente por cuerpos militares. El ochenta por ciento de los efectivos de dicha policía proviene directamente de la marina o del ejército. 

En el Informe final del Mecanismo para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico (1965-1990) Se informan las violaciones graves de derechos humanos cometidas por el Estado mexicano de forma sistemática a lo largo de casi treinta años. Se abordan los hallazgos forenses, el análisis de la implicación estatal, incluyendo a las fuerzas armadas, y las recomendaciones para la reparación y justicia. Destaca la importancia de preservar la memoria histórica y las dificultades para obtener  verdad y justicia por parte de los grupos vulnerados, mismos que ahora sirven de comodín discursivo, pero que en la práctica son víctimas de abusos, despojo, violencia y privaciones graves de sus derechos humanos individuales y colectivos, especialmente cuando se oponen a las políticas de desarrollo o a determinados grupos de poder económico o político. 
Mientras el poder ejecutivo se riega champaña sobre su propia imagen, el primero de octubre el ejército acribilla a seis migrantes en Chiapas entre las víctimas había menores de edad, pese a esto Sheinbaum continúa con una política militarista en sonoros ecos con sus antecesores, no sólo del último, sino de la historia militarista en México. El Ejército no es el Pueblo en Armas, el Ejército es el brazo armado del Estado.

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