El parlamento de transición de Burkina Faso aprobó una reforma que convierte en delito la homosexualidad y establece penas de prisión de hasta cinco años, además de sanciones económicas. La votación se realizó en la Asamblea Legislativa de Transición, integrada por 71 miembros designados por el gobierno militar y no elegidos en las urnas, quienes respaldaron la medida sin objeciones.
El ministro de Justicia, Edasso Rodrigue Bayala, defendió la decisión asegurando que responde a la necesidad de resguardar “los valores familiares y culturales” del país.
También advirtió que las disposiciones alcanzarán a extranjeros, quienes, en caso de reincidencia, podrían ser expulsados.
La norma forma parte de un paquete de reformas más amplio impulsado por la administración del capitán Ibrahim Traoré, que asumió el poder tras una serie de golpes de Estado en 2022. Desde entonces, el gobierno de transición ha promovido cambios legales bajo el argumento de consolidar la soberanía y reafirmar la identidad nacional.
Con esta modificación, Burkina Faso se suma a otros países africanos que han endurecido sus legislaciones contra la comunidad LGBTQ+. De los 54 estados del continente, más de la mitad mantiene disposiciones que castigan las relaciones entre personas del mismo sexo. En los últimos años, Uganda y Ghana han sido ejemplos de esta tendencia al aprobar leyes particularmente restrictivas.
Organizaciones de derechos humanos y activistas locales advirtieron que la medida agudizará la persecución contra las personas LGBTQ+, quienes ya enfrentaban un contexto de hostilidad y estigmatización social.
También señalaron que la nueva legislación vulnera principios fundamentales de igualdad y libertad, lo que podría provocar críticas y tensiones en el plano internacional.
Mientras tanto, las autoridades de Ouagadougou sostienen que la prioridad es proteger las tradiciones y costumbres nacionales, incluso si eso implica apartarse de los compromisos internacionales en materia de derechos humanos.