El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil ordenó este lunes el arresto domiciliario del expresidente Jair Bolsonaro, acusado de encabezar un intento de golpe de Estado para desconocer su derrota en las elecciones de 2022.
La medida fue dictada por el juez Alexandre de Moraes; se tomó tras determinar que Bolsonaro violó restricciones previas al dirigirse a sus seguidores mediante los canales de redes sociales de sus hijos, incitando a la desobediencia civil y ataques a la STF. El exmandatario deberá permanecer en su residencia en Brasilia, portar tobillera electrónica y solo podrá recibir visitas de familiares o abogados.
Agentes federales confiscaron los teléfonos móviles de su domicilio como parte de las diligencias.
De acuerdo con la acusación, Bolsonaro lideró la red que buscó anular los comicios mediante actos violentos, incluido un presunto plan para asesinar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva y al propio magistrado De Moraes. El caso ha escalado tensiones políticas y comerciales con Estados Unidos, luego de que el presidente Donald Trump impuso un arancel del 50 por ciento a productos brasileños con la situación judicial de su aliado, calificando el proceso como “una cacería de brujas”.
El arresto domiciliario se ordenó tras las manifestaciones de decenas de miles de simpatizantes de Bolsonaro el fin de semana en Sao Paulo y Rio de Janeiro, quienes exigieron al Congreso su indulto y el de los implicados en el asalto de los edificios gubernamentales el 8 de enero de 2023.
Las medidas impuestas buscan evitar la interferencia del exmandatario en el proceso judicial y frenar la incitación a la violencia contra las instituciones democráticas, señalaron fuentes judiciales.
Bolsonaro gobernó Brasil de 2019 a 2022 y ha mantenido influencia política, especialmente entre sectores ultraconservadores. Con este arresto domiciliario, el STF reafirma su postura de cero tolerancia a intentos de desestabilización democrática en dicho país sudamericano.