La violencia se ha recrudecido dramáticamente en la Franja de Gaza, donde ataques aéreos y de artillería israelíes han causado la muerte de más de sesenta palestinos este sábado, elevando la cifra de víctimas y profundizando la ya crítica situación humanitaria. Las ofensivas se concentraron en la Franja de Gaza, Deir al-Balah y Khan Yunis, teniendo como blanco no solo residencias y campamentos, sino, alarmantemente, puntos de distribución de ayuda humanitaria. Un gran número de las víctimas mortales son personas que, desesperadamente, intentaban acceder a la asistencia vital cuando fueron alcanzadas por los ataques.
Uno de los incidentes más letales se registró en Rafah, donde fuerzas israelíes abrieron fuego contra civiles que aguardaban ayuda humanitaria. Fuentes locales reportaron al menos 27 fallecidos y más de 180 heridos, mientras que un periodista en el terreno confirmó 30 muertes y 170 lesionados. La Oficina de Medios del Gobierno en Gaza ha cifrado en 773 los «mártires» y en 5,101 los heridos a raíz de los ataques sistemáticos contra quienes buscan asistencia, evidenciando un patrón preocupante de agresiones contra la población más vulnerable.
Más allá de los puntos de ayuda, otras zonas residenciales también fueron devastadas. En Gaza capital, cerca de la Universidad Islámica, una madre y sus tres hijos perdieron la vida en un ataque. En el barrio de Al-Tuffah, cuatro mujeres fallecieron y diez personas resultaron heridas tras el impacto en una vivienda.
El Ministerio de Sanidad en Gaza ha actualizado las cifras totales de víctimas desde el 7 de octubre de 2023, señalando un escalofriante balance de 57,882 fallecidos y 138,095 heridos. Solo en las últimas 24 horas, se registraron 59 muertes y 208 heridos, de los cuales 17 fallecimientos y más de 53 lesionados corresponden a individuos que aguardaban ayuda humanitaria.
Estos hechos intensifican las preocupaciones de la comunidad internacional sobre la protección de los civiles y el respeto al derecho internacional humanitario en el conflicto, demandando un cese inmediato de las hostilidades y la garantía de acceso seguro para la asistencia humanitaria.
