Ebrard explicó a que la imposición de estos impuestos tendría graves consecuencias económicas para Estados Unidos, como un aumento en los precios de productos importados, pérdida en el poder adquisitivo de la población norteamericana, incluidos tanto anglosajones como migrantes en territorio estadounidense.
Entre las repercusiones más notables, el ex canciller destacó una posible disminución de la fuerza laboral y una caída en las ventas del sector automotriz. El incremento en el impuesto sobre utilidades duplicaría costos, generando incertidumbre para los inversionistas en prácticamente todo el territorio norteamericano, abundó.
El funcionario estimó que la pérdida de empleos derivada de esta política sería de al menos 400 mil puestos formales en Estados Unidos, además de un impacto negativo en su crecimiento económico.
Asimismo, Ebrard mencionó que en los últimos días diversas empresas y actores económicos han establecido contacto con la Secretaría de Economía para expresar su apoyo a la propuesta de México, que busca «convertir a América del Norte en el bloque más seguro, productivo y competitivo».
Adicionalmente, el secretario reveló que México está acelerando las conversaciones comerciales con la Unión Europea y países de América Latina, como Brasil, para diversificar sus relaciones económicas.
Finalmente, Ebrard reiteró que las posibles medidas de Trump, vistas desde cualquier perspectiva, serían un «disparo en el pie» para la economía estadounidense y, en general, para los tres países integrantes del Tratado de Libre Comercio.