Un exinstructor de CrossFit, en una presunta venganza por un conflicto laboral no resuelto, tomó como rehenes a un sacerdote y a su secretario de un centro comunitario anexo a una iglesia en San Juan de Aragón, ubicada en la alcaldía Gustavo A. Madero, Ciudad de México. El incidente que mantuvo en incertidumbre a la comunidad culminó con el agresor abatido tras disparar contra un negociador policial.
De acuerdo a los primeros reportes, la mañana transcurría con normalidad en la Institución de Asistencia Privada “Leonardo Murialdo” cuando el sujeto,, identificado por vecinos como exmaestro del lugar, irrumpió en el inmueble exigiendo explicaciones por su despido hace tres años. De acuerdo a testigos, el hombre descrito como “conflictivo” había ayudado a acondicionar el gimnasio donde laboraba antes de ser despedido.
La situación escaló rápidamente cuando,, durante la discusión, el exinstructor desenfundó un arma y amenazó al párroco y a su asistente. Autoridades de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) arribaron al lugar y acordonaron el acceso de la avenida 606, mientras equipos especializados como los “Zorros” y la Unidad Metropolitana de Operaciones Especiales (UMOE) iniciaron negociaciones.
Liberación de rehenes y violencia
Tras horas de tensión, las dos personas que fueron tomadas como rehenes fueron liberadas. Sin embargo, aproximadamente a las 10:22 horas, el agresor detonó el arma contra un negociador de la Policía de Investigación, hiriendo al oficial. Ante la amenaza inminente, las fuerzas de seguridad respondieron y lo abatieron dentro del gimnasio. El policía herido fue trasladado a un nosocomio, aunque su estado de salud no fue detallado oficialmente.
Respuesta de las autoridades
El alcalde Janecarlo Lozano confirmó que no hubo víctimas civiles aparte del agresor, pero lamentó el desenlace violento. La zona permaneció acordonada, con evacuaciones preventivas en escuelas aledañas.
El caso expone las consecuencias de los conflictos laborales no resueltos y la escalada de violencia en disputas personales. Mientras las autoridades investigan los detalles, la comunidad de San Juan de Aragón intenta recuperar la normalidad tras horas de angustia.
