A mediados de marzo de este año, Jung Joon-young vuelve a salir en las cabezas de medios coreanos tras una sentencia de cinco años en prisión; algunas críticas rondan pero no hay más consecuencias, no hay mayores penas. Ya se rumorea, de hecho, que Jung Joon-young está planeando iniciar un nuevo proyecto musical y migrar fuera de Corea.
Pero antes de que la memoria colectiva dentro del mundo del kpop y los espectáculos, se olvide de la gravedad de los crímenes con los que Joon-young fue imputado, un documental de la BBC ha vuelto a traer a los reflectores el grave problema de machismo, misoginia y violencia contra las mujeres en el país asiático.
Tras la publicación de Burning Sun de la BBC, el diálogo y los señalamientos sobre la violencia de género se ha fortalecido tanto dentro de Corea como en los círculos de seguidores del kpop internacionales. Muchos han llamado a que existan mayores repercusiones para los artistas involucrados, pues las condenan muestran el nivel de impunidad en casos similares.
Seungri, Jung Joon-young, Choi Jong-hoon y más nombres dentro de la industria del entretenimiento han continuado con sus respectivas vidas y carreras después de cumplir escasas condenas por estar directamente involucrados en delitos de índole sexual, drogas y corrupción, convirtiéndose en el mayor escándalo del Kpop y un reflejo de un problema mayor.
El documental de la BBC esclarece algunos detalles que fueron hallados gracias a las investigaciones de periodistas de Corea, quienes también fueron acosadas por dar eco al caso. Conversaciones privadas llevaron a la develación de numerosos crímenes, mayormente ocurridos dentro del club de Burning Sun, mismo que fueron solapados por agentes de la policía.
Aunque el caso recibió sentencias, lo más alarmante para las y los espectadores ha sido saber que estos casos continúan ocurriendo, confabulados con autoridades, inversores, empresarios y artistas de “estatus”, y que son una réplica más de las escasas leyes de protección y justicia para mujeres que han sido víctimas de violencia.
Prueba de ello ha sido Jung Joon-young, acusado por violación grupal y grabación ilegal, y cuya sentencia continúa causando indignación a nivel internacional: “¿Por qué los involucrados aún están rondando libremente mientras las víctimas aún están sufriendo?”