En un acto calificado como “justicia cultural”, el Senado de la República bautizó su sala de comparecencias con el nombre de Elena Poniatowska Amor, en reconocimiento a la trayectoria y aporte literario de la escritora de 93 años.
La sesión celebrada en su honor concluyó con un gesto característico de Poniatowska, cuando le preguntaron si deseaba tomar nuevamente la palabra, respondió con humor: “No, yo escribo”, provocando risas y aplausos entre legisladores, familiares, colegas y amigos.
La autora fue rodeada por reporteros y camarógrafos tras el homenaje, Poniatowska se dirigió a ellos y agradeció con afecto: “porque yo soy de ustedes, les pertenezco, soy como ustedes. Y quiero que pongan eso, porque es verdad: soy ante todo periodista”.
Durante su intervención en tribuna, rememoró a figuras que impactaron su vida y obra: los ferrocarrileros, Demetrio Vallejo, Rosario Ibarra de Piedra y su esposo, el astrónomo Guillermo Haro. Asimismo, describió el reconocimiento como la “condensación de una vida de 93 años”, acompañada de su labor periodística y de luchas sociales.
El homenaje abrió una conversación sobre el futuro de su archivo. Su hijo, Felipe Haro, señaló que, ante la falta de espacio en la sede actual de la Fundación Poniatowska, la responsabilidad de su preservación debe ser asumida por México, para evitar que termine en el extranjero como muchos acervos literarios.
Laura Itzel Castillo, presidenta del Senado, subrayó que el nombramiento busca distinguir a “una figura central de la literatura mexicana, una mujer brillante que ha marcado a generaciones con su escritura y su compromiso social”.










