Durante el conversatorio “Rosario Castellanos: Mujer de palabras y miradas”, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, con motivo del centenario del natalicio de Rosario Alicia Castellanos Figueroa (25 de mayo de 1925 – 7 de agosto de 1974), fue posible la reunión de figuras de la literatura, el pensamiento feminista y el análisis social como Elena Poniatowska, Sara Uribe y Leticia Bonifaz, bajo la moderación de la escritora y traductora Diana del Ángel. Juntas ofrecieron un reflexivo recorrido por la vida y obra de Castellanos, recordada como una intelectual lúcida y comprometida con la transformación social, la equidad de género y los derechos de los pueblos originarios.
Al dar la bienvenida, la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Claudia Curiel de Icaza, destacó la dimensión precursora de la autora: “Su mirada y su palabra le concedieron el derecho de ser la precursora intelectual de la liberación de la mujer en México. Su poesía, reunida en once libros, nos ha enseñado mucho sobre nosotras mismas y la precaria e injusta situación de los indígenas, de la mujer y del abandono de muchas comunidades”.
En el homenaje, que forma parte de una conmemoración nacional, se destacó el valor contemporáneo de su legado. Nacida en la Ciudad de México el 25 de mayo de 1925 y criada en Comitán, Chiapas, Rosario Castellanos desarrolló una obra que puso en el centro temas como el racismo, el machismo y el despojo, y cultivó con maestría géneros como la poesía, la novela, el ensayo, el cuento, la dramaturgia y el periodismo.
La escritora y periodista Elena Poniatowska, amiga de Castellanos, ofreció un testimonio personal lleno de afecto: “Un gran mérito de ella fue no tomarse en serio, no creerse más que nadie. Siempre hacía énfasis en sus errores, en que guisaba mal, que todo se le achicharraba, en fin, siempre su actitud ante la vida fue de modestia, de creer que los demás tenían la razón. Y andaba así, por la calle, por la vida buscando a alguien a quien regalarle esa flor que ella tenía, o ese poema o ese cariño que le salía de dentro, esa admiración. […] Era tan entrañable, la queríamos tanto, que a su muerte todos tuvimos muchas ganas de decir: ‘¿pero por qué nos haces esto?’. Nos hace mucha falta Rosario Castellanos”.
Pero también habló de una tema muy contemporáneo con el que Rosario Castellanos habría tomado postura: el genocidio que está ocurriendo en Palestina a manos del gobierno de Israel: “si es totalmente leal a sí misma, si es la persona que nosotros amamos, Rosario estaría del lado de Palestina. Conociéndola bien, no estaría con Israel. Podría poner mi mano al fuego. Este espacio es para estar al lado de Palestina. Es un espacio universitario compuesto por todos ustedes, con la limpieza de su mente y la rectitud de su vida y la de todos nosotros. Todos podemos decir que orgullosamente: estamos con Palestina».
Por su parte, la jurista y narradora Leticia Bonifaz reflexionó sobre la infancia de la escritora chiapaneca y la forma en que marcó su pensamiento: “Lo interesante de recuperar parte de la historia de niña de Rosario es que ella entendió dos cosas fundamentales: cómo operaba el machismo y la culpa que arrastró por la muerte de Mario. En su obra están presentes el machismo, el clasismo y el racismo. Ella intenta mostrar con palabras precisas, concretas, lo que era la vida en Chiapas, en un momento en que no todos volteaban a ver esos lugares tan alejados del centro del país”.
La poeta y ensayista Sara Uribe compartió una experiencia íntima de su relación con Castellanos como lectora e investigadora: “Desde la primera vez que leí a Castellanos encontré en su poesía un espejo que me devolvía una yo que no era yo, pero que traducía lo que yo estaba sintiendo frente al mundo. Castellanos afirmó que comenzó a escribir porque un día se miró en el espejo y no había nadie. Yo comencé a escribir porque un día también me asomé al espejo y, cierto, no me vi a mí ahí, pero sí la vi a ella. Vislumbré la posibilidad de mí como escritora al saberla a ella como una mujer poeta. […] Me atrevo a decir que la literatura de Castellanos es esa clase de viaje del que una no sale inerme nunca, del que una no regresa igual jamás”.
La moderadora del encuentro, Diana del Ángel, concluyó: “Estamos encantadas de celebrar este centenario, su nacer incesante y todos los múltiples nacimientos que acontecen cada que una nueva lectora o un nuevo lector se encuentra con un poema, con un cuento o con la novela de Rosario Castellanos”.
El conversatorio, comentó la coordinadora nacional de Literatura del INBAL, Nadia López García, fue una de las múltiples acciones que integran el homenaje nacional para la escritora, que se extenderá hasta mayo de 2026, desarrollado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del INBAL, la Cineteca Nacional y el Canal 22, así como por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Fondo de Cultura Económica, la Secretaría de Relaciones Exteriores y el municipio de Comitán.