Limitado de desarrollar sus actividades, resultó un artista urbano en Mérida cuando un elemento de seguridad pública impidió que expresara su arte en el parque La Mejorada, discriminando y criminalizando este tipo de expresiones.
El hecho se dio a conocer mediante un video difundido en redes sociales, donde se captó cómo el artista disfrazado del personaje Optimus Prime intentó ser retirado por un elemento de seguridad.
En respuesta, el artista solicitó al oficial que se identificara, toda vez que es una responsabilidad como servidor público; además de que argumentó que no se encontraba realizando actividades comerciales ni haber cometido algún delito.
A decir del elemento de seguridad, el artista estaría «lucrando» en la vía pública al solicitar dinero a cambio de ser fotografiado con el personaje de la película Transformers sin tener un permiso de la Dirección de Espectáculos del Ayuntamiento local.
«Si es unas fotos sin lucro, adelante, no hay ningún problema. Tú lo acabas de confirmar, que llegas a lucrar. (…) Solicitas tu permiso y nadie te va a molestar», señaló.
En el video, se evidencia que transeúntes y espectadores respaldan la posición del artista urbano, mencionando que no estaría realizando actividades indebidas, además de que la discusión estaría siendo presenciada por infantes.
«Varios niños vinieron ilusionados, como para que vengan ellos a cortarles la ilusión (…). Seamos sinceros, lo primero que piden los policías es su tajada», comentó una espectadora.
MARGINALIZACIÓN DE ARTISTAS URBANOS
Cabe señalar que no es la primera vez que ocurren este tipo de limitaciones por parte de las autoridades a los artistas callejeros, pues el hecho recuerda a lo acontecido en Puebla con el llamado Programa de Artistas Urbanos (PAU).
El modelo implementado por la funcionaria Anel Nochebuena cuando lideró el instituto por primera vez hace 10 años –y puesto al cual regresa en la actualidad–, fue entonces criticado por la comunidad de artistas, quienes entonces señalaron criminalización sus actividades artísticas.
E PAU funcionaría mediante un sistema de registro en el IMACP, donde habría un número limitado de espacios para que los artistas se registraran, fueran catalogados con un número y entregado un «tapete» para confirmar su inscripción; aunque el sistema estaría limitando el derecho del libre uso del espacio público.