La obra “Boceto para un fracasado proyecto” ya fue retirada del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), después de ser exhibida por revictimizar y violentar a trabajadoras y trabajadores sexuales. Y, si bien, el museo a cargo ya ha ofrecido disculpas, el daño causado por esta exposición ha planteado charlas y cuestionamientos, además de una fuerte denuncia contra la artista a cargo.
Tras los señalamientos y manifestaciones de trabajadores y trabajadoras de Casa Xochiquetzal, además de activistas, la pieza de la artista Ana Gallardo, perteneciente a la exposición Tembló acá un delirio, organizada en colaboración con el Museo Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M) de Madrid, fue retirada de salas esta semana.
Las piezas, consistentes en un mural con un texto y un vídeo, reflejaban de manera ofensiva y violenta experiencias y vivencias dentro de Casa Xochiquetzal, espacio de apoyo y hogar alternativo para trabajadoras sexuales de la tercera edad. Algunos de los fragmentos utilizaban sujetos y nombres despectivos machistas como “puta”.
Gallardo relata su acercamiento a la casa hogar, revictimizando a las mujeres con las que pudo platicar como parte de un proyecto financiado por el FONCA en 2011. “El geriátrico de las mujeres prostitutas, allí viven putas callejeras, muy viejas” es una de las descripciones dentro de lo expuesto, evidenciando discursos discriminatorios y agresivos para la comunidad de trabajadoras.
La artista, además, llegó a cuidar a una de las trabajadoras de nombre Estela, a quien, -además de describir como “una vieja puta y enferma” y “una mujer que no podía hacer nada sola”- grabó sin su consentimiento para formar parte de esta misma exposición, una acción que el mismo MUAC solapó.
Casa Xochiquetzal expuso y reprobó las agresiones de Gallardo, desmintiendo que el albergue fuera “insalubre” y que la artista apoyara a la trabajadora Estela hasta el final de su vida, ambas declaraciones y comentarios que fueron añadidos en el muro del MUAC. Además, reafirmó que nunca accedieron a que las personas del hogar fueran grabadas.
Tras movilizaciones en las instalaciones del Museo, la obra fue retirada; la institución publicó un comunicado en el que reconocieron las fallas y ofrecieron disculpas a los agraviados: “Las críticas hicieron visibles que las piezas referidas, realizadas hace más de una década y expuestas en varios contextos, sean hoy cuestionables”, escribieron.
“El hecho de que las obras hayan provocado ofensa es contrario al propósito del proyecto curatorial, a las intenciones de la artista y de la institución. Se debió evaluar si las obras eran susceptibles de ser expuestas bajo las condiciones de una realidad cultural siempre cambiante”
Si bien la obra ha sido retirada, el cuestionamiento sobre la forma en la que el lenguaje y el arte manejan temas desde el ojo externo privilegiado -favoreciendo discursos dañinos para determinados grupos o comunidades- se ha alzado, además de una fuerte crítica a las instituciones que permitieron que las piezas fueran admitidas.