La obra de Teatro es una propuesta transdisciplinaria de ciencia ficción post apocalíptico y ambientalista y busca fomentar la reflexión en torno al daño medioambiental y a la pandemia de COVID19.
Paisajes Eléctricos se ha presentado en algunos de los recintos reconocidos de la Ciudad de México desde el 2021. Es una historia original escrita por Gibran Portela (autor de obras como “Güeros”, “Nadie nos va a extrañar”, “Familia de Medianoche”) y Penélope Alfeirán (“Ella camina sola” y “Nadie nos va a Extrañar”) en colaboración con los actores Tania Noriega (“Mi amor sin tiempo”, “La Doña”, “Justo donde se rompe el alma”) y Eduardo Córdoba (“Justo donde se rompe el alma”, “La Lotería del Crimen”, La Historia de Juana”). Además, cuenta con la dirección del director Sixto Castro Santillán (“Cleansed”, “Shopping and Fucking” y “Andrónico”).
Esta obra contará con una temporada en Madrid y en Barcelona durante el mes de marzo de 2025 gracias al apoyo del Sistema de Creación de México (Fondo para la Cultura y las Artes), así como de las compañías de teatro “Caracoles Teatro” y “Los Abraham”, del teatro Bululú de Madrid, la escuela de Artes Escénicas TAI Madrid y la gestora cultural Ana Paula Prado.
Así, Tania Noriega y Eduardo Córdoba se presentarán en diferentes recintos entre el 10 y el 17 de marzo, buscando consolidar esta puesta en escena como un ejemplo de teatro mexicano con alta calidad artística y un mensaje sobre el cambio climático.
La historia se desarrolla en “algún lugar en medio de las estrellas”. Los humanos mantienen su rutina direccionada por una Máquina, una inteligencia artificial que controla sus vidas, mientras ellos esperan la oportunidad de regresar al planeta al cual abandonaron muchas generaciones atrás: la Tierra. Así, los personajes de la obra viven añorando la Tierra, esperando el momento en el que “todo vuelva a ser como en las historias de sus antepasados”.
Esta obra mexicana es una propuesta transdisciplinaria del género de ciencia ficción post apocalíptico con enfoque ambientalista. Además, la obra busca generar una reflexión sobre el daño medioambiental y la alienación posterior a la pandemia global de COVID19.