La expresión artística de la mano de la lucha por la ILE en Puebla

Fotos: Avril Reyes y Aurora Valderrábano

Toques rítmicos resonaban frente a Congreso del estado, elevándose por en encima de consignas usurpadas por grupos anti-derechos que intentaban opacar el ruido de la lucha feminista. Mujeres y personas gestantes hacían resonar una valla colocada a metros de la entrada y que, a esas alturas, había sido intervenida con un mensaje: Aborto Legal Puebla 14.

El 15 de julio de 2024, Puebla se convirtió en el estado 14.

Antes de que mujeres y personas gestantes hicieran historia, las pintas de la mano de activistas y colectivas se grabaron en aquella valla blanca de madera; desde las 9 de la mañana del lunes, los trazos ya marcaban firmemente la consigna que se ha repetido entre voces por tantos años: Aborto Legal.

La expresión artística y cultural de la mano -como siempre lo ha sido- de las luchas por la justicia, los derechos y la concientización. Si en cada una de las movilizaciones estuvo presente, en esta ola verde que se elevó para cubrir simbólicamente a los municipios poblanos, no podía faltar. Y así ocurrió: las compañeras compartían pinturas y cantaban y bailaban en medio de la acción.

En el suelo, frente a la pinta de letras y flores verdes, más de una veintena de pañuelos verdes con algunos de los nombres de los 217 municipios del estado: Juan C. Bonilla, Mixtla, Zacatlán, Acajete, Chignahuapan, Cuetzalan, Chapulco, Tlaxco, Amozoc, Chigmecatitlán, Aljojuca, Francisco Z. Mena, Ahuatlán…

La manifestación artística se movió también bajo el sol, con los brazos y puños en alto, y la música de una camioneta que abrió pasó una vez que los legisladores y diputados lograron entrar al Congreso, después de horas de ser retenidos por los mal llamados “pro vida”. Esos mismos que violentaron a colectivas y prensa en nombre de su “buena moral” y “buena fe”.

La desesperación ante lo inminente los llevó incluso a imitar las acciones de las colectivas feministas, tomando aerosoles y trazando las mismas consignas usurpadas y adaptadas a su “llamado”, sobre el otro lado de la valla de madera. Algo positivo porque de ellos mismos salió hacer uso de una herramienta que tanto habían aborrecido y descalificado: ahora sí fueron las formas.

Para cuando los grupos anti-derechos agotaron sus hostigamientos, rezos e ideas robadas, mujeres de todas la edades ya se encontraban a costado, zigzagueando pañuelos al ritmo de música disruptiva y consciente, moviéndose a la espera de la contabilización de votos; a la defensa y en el acuerpamiento entre todxs para culminar las casi dos décadas de lucha.

Para cuando los agresores bajaron sus voces a murmullos, la pinta se había secado para acompañar a las colectivas y activistas, los carteles se alzaban y el megáfono resonaba para anunciar el triunfo: Puebla, el estado 14, con 29 votos a favor, 7 votos en contra y 4 abstenciones.

Un 15 de julio se hizo historia: entre pintura, maquillaje y acuarelas. Plumones, hojas y estampas. tela verde, pinceles y creatividad. Desde aquí también se inicia la lucha.

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