Por Karen IL
El bronce se torna verde, la placa se borra y la delincuencia no para; pero las palabras permanecen. Y mientras alguien lea, recuerde y pronuncie su nombre, Elena Garro seguirá viva. Porque, como bien afirman las Elenistas, no se trata solo de cuidar una escultura: se trata de rescatar la memoria de una mujer que cambió la literatura mexicana para siempre.
Olvidada, con la mano cercenada, para robar el libro de bronce y en espera de su posible reubicación, así reside la figura de Elena Garro hoy en su aniversario luctuoso. Luciendo un vestido elegante, saco y collar de perlas. Pasa todos los días frente a gente que no la conoce, que la ignora y a veces sólo usa su espalda dura y fría, como respaldo.
En ocasiones hay niños que se acercan, juegan sobre ella, suben los pies sobre su regazo y la rodean, para después reclinarse sobre su espalda, mientras que sus madres sólo observan. Hay niños que preguntan quién es la mujer de bronce que los cobija en su juego: “Mira, mamá, una estatua, ¿quién es?”. No hay respuesta, sólo un incómodo silencio.

Hay personas que se sientan a su lado, mientras esperan a alguien, o simplemente se sientan a tomar un descanso. Todos la ignoran, no hay persona alguna que se vea interesada en saber quién es o por qué está ahí; lo único que importa es la comodidad de una sombra que ayuda a visualizar de mejor manera los posibles mensajes que tanto esperan.
Algunas no-personas son más distantes que otras, pero algo es verdad, nadie le pone atención. Pregunto “¿Usted sabe de quién es esta estatua?, una señora que acaba de tomar asiento, cansada de sus compras habituales, responde “Ahí tiene que decir, Elena… Ya no se ve… Elena… Garro.
Es verdad, la placa que lleva su nombre e información está borrada por el sol y en su lugar solo se aprecian rayones de plumón negro. Otra mujer responde con la cabeza que no sabe y, como la anterior, se apresura a buscar la placa que debe tener su nombre y algún dato sobre ella, pero no hace más. Al percatarse de que la señal fue entendida, quita la mirada y se apresura a ver hacia el frente; ya no hay necesidad de prestar atención a la dama de bronce que nos acompaña.
Cada persona que se sienta a su alrededor la trata de manera diferente; no saben vez de quién se trata y coinciden con el olvido en el que se encuentra. Suponen que en su momento fue una persona importante. La escena más humana y de respeto, que pude apreciar, fue la llegada de un caballero de edad avanzada, que la tomó del hombro y, como si de consuelo sirviera, se sentó a su lado y palmeó la espalda. Después de un rato, la gente se retira, la basura se acumula y el recuerdo se olvida.
Agosto 22, conmemoración de los 27 años del fallecimiento de la novelista, periodista, dramaturga, guionista y escritora mexicana Elena Garro, que nació en la ciudad de Puebla el 11 de diciembre de 1916. Reconocida como una figura importante en la historia de la literatura mexicana, por ser una de las precursoras del realismo mágico, en su memoria se colocó una estatua de bronce en el parque San Luis, en la avenida 5 de mayo esquina con 10 Oriente.

Pero esta fecha solo significa el reconocimiento de los 27 años de olvido, 27 años de un reconocimiento que poco a poco se pierde entre la luz del sol que atraviesa los árboles por las tardes y la delincuencia de los parques.
¿Conoces a Elena Garro? -Si es el nombre que lleva el auditorio de la Facultad de Filosofía y Letras. O respuestas con comentarios como: “Fue esposa de Octavio Paz, la trató mal”.
Pero la memoria también existe y hay quienes la leen, estudian, analizan y promueven, como un pilar fundamental para la literatura hispanoamericana. A la misma pregunta, responden: “Fue una gran escritora mexicana que se dedicó a escribir diversos géneros, estuvo casada con Octavio Paz, quien no la dejaba desarrollar su talento”.
Por esa férrea memoria, maestras y estudiantes del Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica, de la Facultad de Filosofía y Letra de la BUAP, iniciaron un movimiento académico y social para rescatar y reubicar la escultura de Elena Garro, así como promover su obra literaria. Las doctoras Diana Isabel Hernández Juárez, Alma Corona Pérez y Elvira Ruiz Vivanco, organizaron el colectivo “Las Elenistas”.
¡A Elena no se olvida, se le honra y se le cuida! Fue el lema que se popularizó en la movilización realizada el 12 de mayo del este año, para solicitar al Ayuntamiento de Puebla la reubicación de la imagen a una de las bancas frente al edificio Carolino, en donde afirman, será tratada con más respeto.

Ese día visitaron a la dama de bronce y a su lado leyeron poemas y fragmentos de cuentos y novelas, también le cantaron, llevaron flores y regalos, Fue un día de fiesta para Elena Garro, que por momentos parecía sonreír, al verse rodeada de tantas mujeres que sí la conocen, que la quieren y admiran.
Las Elenistas repartieron regalos entre la gente: carteles, hojas, stickers, separadores de libros, con citas de la gran Elena Garro. Mucha gente la conoció ese día, mucha gente la leyó por primera vez, muchas personas se detuvieron a escuchar e incluso algunas se animaron a participar en la lectura colectiva.
El objetivo de la movilización es claro: promover el rescate, la lectura y la difusión de la obra de Elena Garro, para que no solo los estudiantes de literatura conozcan a esta escritora, sino que también el público en general conozca la obra de esta mujer, que rompió paradigmas y estereotipos en México.
De igual manera se pretende resaltar la importancia de las escritoras. Recordar que la voz de las mujeres no debe ser silenciada y que el tiempo no calla una voz, que bajo el calor colectivo se enaltece, desde las sombras de los parques hasta lo alto de una nación.
Las Elenistas no solo han promovida la obra de Elena Garro en Puebla, sino también han realizado conferencias y presentaciones en otros lugares, entre ellos la Ciudad de México, participaron en la inauguración de la XLII Feria Internacional del Libro del Instituto Politécnico Nacional; ahí hablaron de la importancia de la autora como precursora del realismo mágico.
También estuvieron en la Feria Internacional del Libro de Puebla, el 4 de julio en donde volvieron a proclamar ¡A Elena no se olvida, se le honra y se le cuida! Para posteriormente hablar de su vida y obra.

La petición formal de la reubicación de la escultura al Ayuntamiento de Puebla ya fue presentada y se les ha informado que sigue en trámite.
La iniciativa de las Elenistas no es una aportación menor. Que un grupo de universitarias decidiera tomar y rescatar la memoria de Elena Garro, refleja el apropio por la cultura y la necesidad de hacer ver que esta escritora debe ser más más reconocida.

Hoy en día acercarse a la obra de Garro es aventurarse con temas que siguen vigentes en nuestra realidad: la violencia política, la discriminación hacia las mujeres y la injusticia social. Sus personajes son multifacéticos e irreverentes, y sus historias rompen tiempos y espacios, para plantear otras dimensiones y despertar la imaginación y conciencia de las y los lectores.