«Me han usado como ejemplo de lo que no hay que hacer si quieres seguir trabajando» ha sido el recordatorio que la actriz Susan Sarandon dio recientemente en una entrevista. No es novedad que la industria del entretenimiento continúe silenciado discursos en beneficio de grandes corporaciones e intereses particulares, pero Saradon no ha cedido ante la presión y el arrebato de oportunidades en el medio.
Han sido meses los que Sarandon ha dedicado, usando su plataforma, a denunciar el genocidio de Palestina y llamar al boicot contra figuras y empresas que apoyan y financian los ataques que perpetra el estado de Israel. Esto ha llevado a que la artista sea bloqueada de trabajos y añadida a una lista negra, un fuerte acto de censura del que que también han sido blanco otras figuras de la industria.
«Mi agencia prescindió de mí y cancelaron todos mis proyectos», externó la actriz para el medio The Times; y aunque no sabe si volverá a ser contactada para algún papel, añadió que «no espera nada de Hollywood».
«Hay mucha gente sin trabajo ahora mismo y desde noviembre del año pasado que han perdido su empleo como conserjes, como escritores, como pintores, como personas que trabajan en la cafetería, profesores sustitutos que han sido despedidos porque tuitearon algo, o les gustó un tuit, o pidieron un alto el fuego».
Aunque quizá Sarandon no sea parte de grandes producciones por el momento -siendo Blue Beetle’ su último gran megaproyecto, la actriz cuenta con otros trabajos que comienzan a plantearse lejos de la esfera del cine comercial. Junto a ella, contados actores, músicos y escritores han mostrado solidaridad con el pueblo palestino, a pesar de lo que ha representado para ellos en términos laborales.
En meses pasados, miembros del sindicato de actores de Estados Unidos emitieron un comunicado en el que demandaron que los actores que expresan su apoyo a Palestina no sean incluidos en una lista negra: «Los miembros de SAG-AFTRA Mark Ruffalo, Ramy Youssef, Susan Sarandon, Melissa Barrera y Cynthia Nixon se encuentran entre los cientos de miembros del sindicato que piden a los líderes de su organización que impidan que personas sean incluidas en listas negras por sus opiniones sobre Palestina».