mayo 14, 2025 8:42 pm
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Cineastas alzan la voz VS el genocidio y el asesinato de artistas en Gaza

Los artistas también denuncian que el 16 de abril fue asesinada por el gobierno de Israel la fotoperiodista Fatma Hassouna, protagonista del documental Put Your Soul on Your Hand and Walk (Ponte el alma en la mano y camina).

En el marco del arranque de la 78 edición del Festival de Cannes, fue publicado en el diario Libération una carta con las firmas de 380 personalidades del cine, entre ellas Pedro Almodóvar, Javier Bardem, Costa-Gavras, Susan Sarandon y Mark Ruffalo, en la que denuncian el genocidio cometido por el gobierno Israel en contra del pueblo palestino en Gaza.

A la par, denuncian el silencio de las personas que viven de la cultura: “No podemos continuar en silencio mientas en Gaza ocurre un genocidio”. El documento también tiene el apoyo de Jude Law, Julie Delpy, Richard Gere, Jonathan Glazer y Nicole Garcia, y realizadores como David Cronenberg, Mike Leigh, Alfonso Cuarón y Xavier Dolan.

La misma carta remarca que el pasado 16 de abril fue asesinada por el gobierno de Israel la fotoperiodista palestina Fatma Hassouna, protagonista del documental Put Your Soul on Your Hand and Walk (Ponte el alma en la mano y camina), que se proyectará en el certamen.

Hassouna, de 25 años, fue asesinada por el ejército sionista junto a 10 de sus familiares, entre ellos su hermana embarazada.

La carta también cita el caso del cineasta palestino Hamdan Ballal, director del documental No Other Land (Ninguna otra tierra), que recibió un Óscar en marzo pasado y quien fue secuestrado y torturado por personal del gobierno de Israel y colonos invasores sionistas.

“La ausencia de apoyo de la academia de los Óscar a Hamdam Ballal ha suscitado la indignación de sus propios miembros, por lo que tuvo que excusarse públicamente por su falta de acción”, detalla el documento.

“¿Por qué el cine, vivero de obras sociales y comprometidas, parece no interesarse por el horror de lo real, de la opresión que sufren nuestras hermanas y hermanos?”, dicen y declaran: “Rechacemos que nuestro arte sea cómplice de lo peor”.

La carta concluye con la pregunta: “¿De qué sirve nuestro oficio si no es para aprender de la historia (…) si no estamos presentes para proteger las voces oprimidas?”.

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