Tras el anuncio, La Norwegian Venezuelan Justice Alliance, una organización que fomenta el intervencionismo militar en Venezuela, anunció que ellos organizarán la procesión de este año, emulando las procesiones de las SS de Hitler.
Tras el anuncio de la decisión del Comité del Nobel de la paz de otorgar el galardón a la política María Corina Machado, surgieron críticas desde varios sectores sociales, criticando que se reconozca a una persona que fomenta la intervención militar en su propio país y pida el derrocamiento de un gobierno democráticamente electo.
En este entorno, el Consejo de la Paz noruego anunció que no organizará este año la tradicional procesión con antorchas por el centro de Oslo durante la entrega del Nobel de la Paz, por su desacuerdo con la elección de la venezolana Machado.
El consejo, integrado por 17 organizaciones pacifistas noruegas y cerca de 15 mil 000 activistas, toman esta decisión porque “no sienten que la ganadora de este año esté en conformidad con los valores fundamentales del Consejo de la Paz noruego o nuestros miembros”.
El comunicado de la presidenta del consejo Eline H. Lorentzen precisa: “Es una decisión difícil pero necesaria. Tenemos un gran respeto por el Comité Nobel y por el premio de la paz como institución, pero como organización debemos ser fieles a nuestros principios y el amplio movimiento por la paz que representamos. Esperamos celebrar el premio de nuevo en los próximos años”.
“Algunos de sus métodos no están en consonancia con nuestros principios y valores o los de nuestras organizaciones miembros, como son el impulso del diálogo y de los métodos no violentos”, declaró Lorentzen a medios.
Tras el anuncio, La Norwegian Venezuelan Justice Alliance, una organización que fomenta el intervencionismo militar en Venezuela, anunció que ellos organizarán la procesión de este año, emulando las procesiones de las SS de Hitler.
Cabe añadir que la marcha se originó en 1954 de la mano del Consejo de la Paz noruego, una de las entidades más importantes por el trabajo de la paz en este país nórdico, aunque ya ha declinado en el pasado esa responsabilidad, como en 2012, cuando la galardonada fue la Unión Europea.