El bailarín profesional Danni Perry ha sufrido ataques y amenazas por no callarse ante el genocidio.
En un video que subió a redes sociales, Danni compartió sus motivos para mostrar la bandera de Palestina después de una función de Il trovatore de Giuseppe Verdi en la Royal Opera House de Londres, Inglaterra.
“Decidí hacer el gesto durante la bajada del telón. Elegí hacer algo sobre una situación más grande que yo. Lo hice porque quería llamar la atención sobre las atrocidades que están teniendo lugar en contra del pueblo palestino, por las fuerzas de defensa israelíes en Gaza”, dijo el mismo Danni.
Entre fuertes aplausos, Danni mostró la bandera de Palestina, lo que hizo enojar al equipo de producción, pero la manifestación y los gritos de alegría no apagaron el llamado para detener el geno idio en Gaza: “Cuando bajó el telón, Oliver Meyers subió al escenario y me dijo muy agresivo ‘nunca volverás a trabajar para la ópera’, a lo que respondí: ‘me importa un carajo’”.
De los motivos para manifestarse añadió: “Lo hice porque me sentí bastante solo. Cómo artistas, tenemos la suerte de contar con estas plataformas que llegan a grandes audiencias, tenemos la responsabilidad de usarlas, y eso va para los productores, creativos, cualquiera que esté trabajando en la industria: usa tu plataforma, habla”.
Aun así, lamentó que los seguidores de la ópera no tomen postura ante los actos violentos cometidos por el régimen de Israel: “La gente que va a ver ópera son los únicos con poder e influencia para ayudar, sin embargo, permanecen en silencio”.
También habló del manejo cesgado de las noticias sobre el genocidio en Gaza desde los grandes medios internacionales: “la cobertura de los medios ha sido honestamente, bastante cómica para mí. Creo que están tratando de burlarse de mí. En los últimos días, 18 personas han muerto de hambre debido al bloqueo alimentario israelí”.
Aún así, las matanzas continúan y los gobiernos no actúan en contra del estado genocida de Israel: “las Naciones Unidas y la Corte Internacional de Justicia reconocen que esto es un genocidio, así que siento desagradable que mi acto de resistencia haya sido llamado ‘inapropiado’ para la Royal Opera House”.