Tres años atrás el sencillo de antología Proof, Yet to come, deletraba con delicadeza y transparencia el destino próximo de Bangtan: “promete que regresaremos por más”; se dirigían a Army. A ellos mismos, quizá. La promesa estaba hecha, solo era cuestión de espera y paciencia.
Para algunos, en particular, ARMY, la verdadera pregunta era ¿Cómo ocurriría aquel ansiado regreso? Es 2025 y vuelve a ser 6:13. 13 de junio en Corea del Sur. Así se cumplen 12 años desde el inicio de la carrera de esta agrupación, en medio de su regreso; tan esperado por la industria, el medio artístico, la cultural y el turismo de su país y por las miles de escuchas que se quedaron o ingresaron en su ausencia.
Pero no hablemos de los grandes títulos, esos incómodos nombres que, como ellos describieron en su momento “se sienten pesados”: 6 de 7 siete integrantes se reincorporan a sus vidas cotidianas y paulatinamente, artísticas. Algunos sin pausas, ni duda, saltaron a toda una programación de actividades para estar con Army. Otros planearon grandes giras que implicaron condiciones peligrosas de salud. Y, finalmente, cuatro de ellos no esperaron para prender cámaras tan solo a horas de ser liberados de los recintos militares.
En medio de las preparaciones para su aniversario, uno de ellos, lider de la agrupación, Kim Namjoon o RM, se dirige a miles: “Verdaderamente espere más que todos ustedes. Espere, espere y espere (…) Una vez más, estoy tratando de ir a algún lado, aunque no sé a donde (…) pero quiero que caminemos juntos, ¿me acompañarán?”
Sin duda, la respuesta ha estado ahí sin siquiera ser enunciada. Si hay algo que BTS ha cultivado con sus escuchas, su Army, han sido la paciencia y la confianza. Ha sido en esa misma honestidad con la que hablaron en Yet to come -y claro, la famosa cena del Festa 2022- con la que regresan para externar sus vivencias en el reclutamiento, las incontables noches de insomnio, los días que parecían años y preocupaciones en el tan anticipado retorno. Y con todas estas dificultades no han dudado en anunciar que un álbum grupal por supuesto se aproxima.
El tan discutido capítulo dos comienza a concluir y he aquí el siguiente paso. Pero antes de verlos como artistas -inmersos en una complicada industria, esquemática y a veces abusiva- dejan verse primero como personas.
Claro la emoción puede ser desmesurada y las expectativas tan bien trazadas: Estos largos años que constaron de experimentación y exploración de sus propio estilos, en sus respectivos caminos solitas, han comenzado a pintar las posibilidades de lo que podría devenir en la siguiente etapa grupal.
Porque si BTS ya es caracterizado por su diversidad y sinceridad y sonido, composición y producción, con la explosión de musicalidad que trajeron más de 10 proyectos publicados en cuestión de meses, del pop, al rock, al alternativo, el rap, el R&B… es imposible no despertar intriga. La distancia entre estilos puede ser tan abismal que nadie esperaría que estos siete músicos pertenecieran a una misma agrupación.
Con todo ello, toca esperar y confiar.
BTS aún está en camino de concretar su reunión, a la espera del último integrante en concluir el servicio militar. Y una vez esto ocurra, sean uno o dos meses, medio año o 2 años para que musicalmente vuelvan, Army ha dejado demasiada evidencia de que esperar nunca será un problema. Por lo mientras, 12 años de reconocimientos volverán a ser celebrados.