
Oraciones que matan: entre la Santa Muerte y una sentencia arbitraria
Niña blanca, protégelo con tu manto. Que no lo agarre la policía y que regrese a casa conmigo, siempre conmigo, con nadie más. Y si otra lo amara, que desaparezca de la faz de la tierra. Eso reza Magdalena mientras prende una veladora a la Santa Muerte. Luego corre al espejo para maquillarse la mejilla…