La IBERO, en Puebla, hizo un llamado a visibilizar y fortalecer el acompañamiento a las madres cuidadoras, un sector cuya labor permanece invisibilizada a pesar de su peso social. Desde el Departamento de Ciencias de la Salud se destacó el desgaste físico y emocional que enfrentan estas mujeres, así como la urgencia de crear redes que permitan distribuir la carga de cuidados y brindar apoyo integral.
En México, 31.6 millones de personas de 15 años o más realizan labores de cuidado sin recibir remuneración, y tres de cada cuatro son mujeres, en su mayoría madres que deben pausar su desarrollo personal y profesional para atender a familiares con discapacidad o a personas adultas mayores. Pese a su relevancia, este trabajo continúa sin reconocimiento ni respaldo social suficiente.
La Dra. Adriana Tamariz Razo, docente de la Licenciatura en Psicología de la IBERO, subrayó que la atención pública suele centrarse en quien pierde autonomía, dejando en segundo plano a quienes se encargan del cuidado permanente. Estas mujeres, señaló, viven un desgaste severo debido a jornadas “24 por 7 por 365”, sin descansos ni mecanismos que les permitan recuperar energía o atender sus propias necesidades.
Explicó que esta sobrecarga puede derivar en afectaciones emocionales, físicas e incluso condiciones de dependencia relacionadas con el esfuerzo continuo. Además, cuando el entorno familiar asume que la madre es la única responsable del cuidado, sin ofrecer recesos ni apoyo, se genera un contexto de injusticia y sentimientos de abandono que profundizan la vulnerabilidad.
La problemática, añadió Tamariz Razo, también se replica en el cuidado de personas adultas mayores, donde quienes cuidan suelen ser personas de edad avanzada, lo que incrementa la angustia e incertidumbre sobre la continuidad del cuidado.
En respuesta a esta realidad, la organización Vida Incluyente impulsa la creación de una red de apoyo entre madres cuidadoras, iniciativa que integra acompañamiento entre pares y orientación de un equipo multidisciplinario especializado. El objetivo es ofrecer herramientas para el autocuidado, la contención emocional y la construcción de redes que compartan experiencias y estrategias de afrontamiento.
La red está abierta a mujeres interesadas en recibir acompañamiento y formar parte de un espacio solidario. Las interesadas pueden contactar a Vida Incluyente a través de sus redes sociales o sitio web, donde encontrarán información, materiales y actividades relacionadas con inclusión y apoyo comunitario.