Rene, un bebito de sólo nueve meses de edad, murió de un balazo en la cabeza. El proyectil lo alcanzó cuando su familia trataba de huir de criminales a bordo de una camioneta que les cerraron el paso cuando viajaban rumbo a Zacatlán, Puebla. Este infanticidio es el cuarto relacionado con un asalto que se comete en la entidad en menos de dos años, y al menos el sexto desde 2017 a la fecha.
El asesinato del bebé Rene ocurrió la noche del lunes 3 de febrero, cuando la familia viajaba en su auto sobre la carretera federal entre los límites de Ahuazotepec y Zacatlán de las manzanas, un tramo mal iluminado y con escasa vigilancia policial -de acuerdo a testimonios de vecinos-, en el que fueron interceptados por sujetos a bordo de una camioneta que intentaron hacerles frenar y les dispararon cuando el papá de Rene aceleró para huir. Lograron huir, pero una de las balas impactó la cabeza del pequeño y otra más lesionó a su mamá. Al llegar al hospital de Zacatlán, los médicos confirmaron que el infante ya no tenía signos vitales.
Este cruento hecho no es inédito, en menos de 8 años, otros cinco asesinatos de infantes han ocurrido durante la comisión de un robo de bienes, habiendo sido el caso más conocido el de mayo de 2017 sobre la autopista México- Puebla, a la altura de Moyotzingo, donde una familia fue emboscada por ocho sujetos a borde de dos camionetas, quienes dispararon a quemarropa contra un bebé de dos años, violaron tumultuariamente a su mamá y su hermanita de 14 años mientras golpeaban a su padre, y finalmente les robaron su auto, obligando a las víctimas a caminar dos kilómetros, hasta llegar a la caseta de San Martín Texmelucan.
Dos años después, en julio de 2019, en la localidad de Acatepec, en San Andrés Cholula, Micky, de 10 años, fue asesinado de manera muy similar a Rene, cuando unos ladrones en motocicletas quisieron detener la camioneta en la que viajaba con su papá vendiendo quesos. Una de las balas alcanzó el cráneo de Micky y pereció.
El 11 de diciembre de 2022, un niñito de cinco años murió en el llamado Triángulo Rojo, cuando una familia proveniente de Tecamachalco se trasladaba por la carretera Cuacnopalan-Cuesta Blanca para encontrarse con una persona que, de acuerdo a las investigaciones, les tendió una trampa al acordar la supuesta venta de una camioneta Toyota. Las víctimas se dieron cuenta de que eran seguidas por una camioneta y, al acelerar para huir, los tripulantes comenzaron a dispararles, hiriendo al menor, el cual fue llevado al Hospital Regional de Palmar de Bravo, pero ya no contaba con vida.
Ese mismo mes, el 27 de diciembre de 2022, un menor de 10 años fue asesinado -nuevamente- en Santa María Moyotzingo, en Texmelucan; al igual que en el caso anterior, su familia, originaria de Coscomatepec, Veracruz, viajó con la expectativa de comprar un auto, pero en realidad cayó en una trampa. Al llegar al punto de reunión, un grupo de sujetos les ordenó estacionarse, al notar que había algo sospechoso, el padre arrancó el auto para huir, pero los asaltantes abrieron fuego e hirieron al niño, quien falleció camino al hospital de Santa Ana Xalmimilulco.
Finalmente, en diciembre de 2024, un preadolescente de 14 años de edad murió fue acribillado en las inmediaciones de Plaza San Diego, donde se encontraba junto con su tío cuando unos delincuentes abrieron fuego para robarles su auto.
