Con sus raíces y formación inicial en el estado de Puebla, Frida se arriesga con su primera obra de dramaturgia en la ciudad de Nueva York.
Por: Rodolfo García Cruz
El pasado 4 de noviembre del año en curso, a las 13 horas, se estrenó Stars In Our Eyes, ópera prima de la poblana Frida Mancilla, en el Frigid Theater, en Under St. Marks, New York City.
Stars In Our Eyes narra una historia contra la adversidad y, al mismo tiempo, es una muestra de voluntad. La obra abre con un prólogo que no duda en acudir a la poesía; mirar a las estrellas es una acción rutinaria pero, detrás de esa apariencia, habita una cuestión: en realidad no sabemos cuántas estrellas más hay detrás del brillo de las que sí podemos observar.
Lula, la protagonista, nos cuenta de sus aspiraciones artísticas que tuvo desde la infancia, y de las adversidades que tiene que enfrentar para lograr su objetivo: ser una actriz, desarrollar su gusto por el canto y, uno de los primeros obstáculos a los que se enfrenta, es a la duda de sus capacidades, a la timidez que provoca esa desconfianza en uno mismo.
Aunado a estos problemas, el hogar, la primera institución social que nos acoge, y donde comenzamos a socializar, es otro inconveniente para nuestros anhelos; nuestros padres, al cuidar de nosotros, evitan que tomemos riesgos y que suframos lo que ellos sufrieron y, este afán por nuestro bienestar es, en realidad, una forma de coartar nuestras aspiraciones: en ellos también hay una estrella apagada, anhelos no alcanzados y, hablar desde el miedo, es inocular inseguridad a los hijos.
Sin embargo, como lo declara Lula, para quienes tienen una vocación artística, no hay más elección que seguir “el llamado,” evitar seguir un interés existencial, por temor a la inestabilidad económica, o por defraudar las expectativas de nuestros padres o amigos, es, literalmente, estar muerto en vida.
Las actuaciones de la lectura dramatizada son justas, la dirección de Paul Delfín es objetiva, sin exceso gestual o emocional, y con el ritmo preciso para adelantar la trama que, entre hito e hito, tiene una alusión a las estrellas, a su condición, lo que funciona también como alegoría a la condición de quienes deciden dedicarse al arte; entre otros aciertos de la Dirección, están los pasajes en que no sólo la declaración del personaje funciona como referente, sino que el Director hace que el personaje, Lula, muestre su talento vocal; es decir, corrobora en la capacidad histriónica de Frida Mancilla, la capacidad de Lula, el personaje.
La obra de Frida Mancilla, egresada de la licenciatura en Teatro de la UDLAP y del programa de AMDA, es un recorrido vital y la exposición de una experiencia común entre quienes tienen vocación artística, es también, una invitación a perseguir todo aquello posible que habita en nosotros, hasta materializarlo; como propone el filósofo Pico Della Mirandola, la dignidad del hombre está fundamentada en su libertad para formar y proyectar su propia naturaleza, no ser un objeto, sino un sujeto para sí mismo. Con esta primera obra, Frida Mancilla nos recuerda, con un lenguaje sencillo, que es común tener aspiraciones, pero es poco común alcanzar nuestros objetivos, y no importa si sean artísticos, o no, lo relevante es no claudicar: Stars In Our Eyes es una obra que nos recuerda que, en nuestros anhelos, la voluntad es principio de lo posible.
Dirección: Paul Delfín
Lula: Frida Mancilla
La madre: Bibi Sánchez
La maestra/Entrevistadora: Karime Kadise
Dramaturgia y producción: Frida Mancilla
